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La importancia de Yum Balam para las aves

Eduardo Joel Pacheco Cetina

El área de protección de flora y fauna Yum Balam, por su posición geográfica, es una zona importante de paso en la ruta migratoria de las aves: es una de las zonas denominadas AICA (área de importancia para la conservación de las aves), y uno de los primeros lugares que ellas pueden encontrar para alimentarse, descansar y continuar con su viaje, aprovechando los diferentes tipos de vegetación que encuentran en humedales, selvas bajas y medianas, entre otras.

Pueden encontrarse alrededor seis especies de aves en peligro de extinción, hasta 27 amenazadas, ocho bajo protección especial y hasta 14 endémicas según la ficha de información del AICA realizada por la Conabio. Entre estas especies está el halcón peregrino (Falco peregrino), chorlo chiflador (Charadrius melodus), pavo ocelado (Meleagris ocellata), loro yucateco (Amazona xantholora), flamenco americano (Phoenicopterus ruber), maullador negro (Melanoptila glabrirostris), zopilote rey (Scarcoramphus papa), cigüeña jabirú (Jabiru mycteria), vireo manglero (Vireo pallens), playeros, rapaces y paserinas.

En Holbox, la industria turística está enfocada en el ecoturismo. Una muestra de ello es que se realizan recorridos a islotes y paseos en kayaks en la laguna y las aves son ese valor agregado a los recorridos. Los flamencos maravillan a visitantes que pueden observarlos en zonas cercanas al mar y en los bancos de arena, apreciando ese color rosa que a muchos encanta. Tan solo en Holbox podemos encontrar cerca de 200 especies de aves, que no están siendo valoradas porque no se conocen, no se sabe lo fascinante de sus formas, colores, comportamiento. Ni los lugares en los que se encuentran y que a los observadores de aves, pajareros, fotógrafos de naturaleza y ornitólogos obsesionan.

Relatos de algunos residentes originarios de Holbox mencionan el aprovechamiento que obtenían de las aves, ya que, al no contar con las de corral, tenían que desplazarse a islotes como la isla Morena (isla Pájaros) para capturar cormoranes y garzas. O recolectar los huevos de éstas para alimentar a sus familias o vender sus plumas. En el caso de comunidades como Chiquilá y Solferino, también las aves han servido de alimento y hasta las venden para obtener algún dinero. Desafortunadamente, también son lugares en donde hay mayor actividad de caza y de uso de resorteras para matar a los “pajaritos”.

Ante estas situaciones, los recorridos de observación de aves (birdwatching) pueden ser una actividad económica que ayude a su conservación, ya que generan ingresos económicos a los pobladores locales y despiertan en ellos la conciencia para su conservación como un bien natural incalculable y bello. La reserva de Yum Balam puede ser un gran ejemplo de esto con 350 especies de aves. Sin embargo, debido al cambio climático muchas especies han modificado su comportamiento y rutas por lo que podría considerarse que existan aun más especies.

La observación de aves tiene que promoverse de manera urgente ya que al menos en Holbox los desmontes, rellenos de humedales y la nueva creación de clubes de playa, con hamacas tipo carrusel en el mar, hacen que las zonas donde normalmente se observaban chorlitos, playeritos y garzas, ya no cuentan con su presencia. Un claro ejemplo de esto es el charrán mínimo (Sternula antillarum) que utiliza el área conocida como punta Coco en Holbox, para anidar. Desde hace años, organizaciones y voluntarios tratan de proteger y conservar ese lugar. Pero es una batalla interminable y sin ventaja para estas pequeñas aves ya que no se ven mejoras para ellas debido a la falta de conciencia de la gente, que no respeta zonas como la mencionada y las utiliza como sitios de pesca o de paso para turistas y pobladores que arriban hasta en vehículos, aún y cuando se encuentra delimitada.

Y es que el charrán mínimo hace su nido en la arena y hay que tener buen ojo para poder encontrar los huevos o polluelos para evitar aplastarlos. Lo más triste es que esta pequeña viajera se encuentra sujeta a protección especial y se tiene documentado su anidación, pero no se respeta dicha protección.

Algunos de los esfuerzos para la conservación de las aves en la zona se deben a los estudios realizados por Pronatura Península de Yucatán, el grupo Los Flamenqueros de Holbox, los festivales de aves en Holbox y Chiquilá, los miembros de la red de monitoreo comunitario Mayan Jays que generan información muy importante sobre la distribución de las especies en toda la península de Yucatán. Por su parte, el programa Sal a Pajarear promueve la cultura de la conservación de las aves en algunas comunidades; el de Aves Urbanas Holbox busca involucrar a la población en la ciencia participativa o ciencia ciudadana, por medio de la cual los mismos pobladores generan datos en sus observaciones de las aves. Para ello se suben a plataformas, como Naturalista y Averaves y proporcionan información y fotografías sobre la gran riqueza natural de la avifauna que se puede encontrar en el territorio del Yum Balam.

Pero la mayor parte de la tarea de conservación de las aves está por hacerse. Y hay que actuar decidida y organizadamente para lograr la existencia de tan preciado tesoro natural.

Eduardo Joel Pacheco Cetina
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