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La defensa del agua en el municipio de Toluca

Carlos Eduardo Massé Narváez et al.

La ciudad de Toluca, capital del estado de México, se encuentra en la región hidrológica Lerma-Santiago (91.16 por ciento) y Balsas (8.84 por ciento), perteneciendo a la cuenca río Lerma-Toluca (91.16 por ciento), río Grande de Amacuzac (8.45 por ciento) y río Cutzamala (0.39 por ciento); su principal cauce de agua es el río Verdiguel que nace en el nevado de Toluca, cruza la cabecera municipal y tiene su desembocadura en las afluentes del río Lerma.

No obstante la importancia de su caudal es un río utilizado para la descarga de aguas residuales y pluviales; existen otras afluentes que se nutren de corrientes de agua temporales, como son el Tecaxic y el Tejalpa. Además de las corrientes de agua perennes: El Jabalí, El Toro, Grande, La Ciénega, Las Conejeras, Las Cruces, Los Tizantes, San Cayetano, San Gaspar, San Lucas, San Pedro, Terrerillos, Zacango. Existen algunas corrientes intermitentes, entre ellas Agua Bendita, Cañón del Rincón, Caballero, Cano, Chiquihuitero, Chiquito, El Arenal y Mina México.

El suministro y uso del agua ha generado conflictos desde los orígenes de la humanidad e inciden a los aspectos físicos, sociales, culturales, políticos y ambientales. Thomas F. Homer-Dixon, Jeffrey H. Boutwell y George W. Rathjens (1993; 32-45) establecen tres aspectos a considerar en los problemas ambientales que son aplicables a la escasez del agua. La primera se refiere a la degradación en la calidad de los recursos más rápida de lo que se renuevan; la segunda, al crecimiento de la población y la tercera, al cambio en la distribución de un recurso dentro de una sociedad, concentrando el suministro en unos pocos y sometiendo el resto a la escasez extrema.

En este contexto se puede analizar la situación del agua en el municipio de Toluca y la defensa que han hecho los pobladores y las comunidades originarias para conservar sus recursos naturales, en especial el preciado líquido, que no distan mucho de los problemas que enfrentan otros municipios del estado de México, aunque con sus propias características.

 

El abasto de agua en las ciudades

 

En Toluca, el agua que se consume proviene de fuentes locales y externas. La ciudad se abastece 27 por ciento del sistema Cutzamala mientras que el 73 por ciento restante proviene de 92 pozos existentes dentro de su territorio. El crecimiento de la población implica una mayor demanda de servicios públicos, entre ellos el agua, cuyo suministro requiere ampliar los medios y mecanismos para hacer llegar el agua a los beneficiarios.

Sin embargo, muchas de las áreas urbanas o localidades de Toluca carecen del servicio al ubicarse en lugares de alto riesgo y de difícil acceso para la construcción de la red o para dotarlas a través de vehículos (pipas), ocasionando que el abasto sea limitado, nulo o que su costo sea muy alto. En estas áreas, el agua de lluvia genera una opción, aunque también tiene sus limitaciones, es costoso su almacenamiento y solo sirve para determinadas actividades.

Los datos aportados por el censo de población y vivienda en 2010 señalan que solo el 64 por ciento de las viviendas habitadas en Toluca contaban con agua de manera diaria. El 21.61 por ciento cada tercer día, un 10.5 por ciento una o dos veces a la semana, mientras que un 3.73 por ciento la recibe de manera esporádica.

Las localidades de Toluca que no disponían de agua entubada de la red pública eran entonces Lerdo con 6 mil 186 viviendas, San Pablo Autopan con tres mil 357, San Andrés Cuexcontitlán 2 mil 259, La Constitución Toltepec 633, San Miguel Totoltepec 580, San Mateo Otzacatipan 498, Jicaltepec Autopan 490, San Diego de los Padres Cuexcontitlán 483, Jicaltepec Cuexcontitlán 452 y Guadalupe Totoltepec 386 viviendas.

La carencia de agua en dichas localidades ha sido fuente de conflictos. No solamente por su falta en los hogares sino por el cobro excesivo del líquido que no llega a los consumidores, pero que sí cobra el Organismo de Agua y Saneamiento, básicamente en las localidades donde su administración y suministro corren a cargo del organismo.

En el 2015, el costo de producción anual de las 84 fuentes subterráneas ubicadas en Toluca ascendió a casi 233 millones de pesos para disponer al año de casi 58.5 metros cúbicos de agua. (Conagua et al., 2015: 55-60).

Para ese mismo año, casi el 96 por ciento de las viviendas particulares habitadas (218 mil 486) contaban con agua entubada, mientras que el 4 por ciento restante lo hacía mediante acarreo ya sea de una llave comunitaria, de otra vivienda, de un pozo, de una pipa o de la recolección de lluvia.

Sin embargo, para satisfacer adecuadamente las necesidades cotidianas de la población implicaría que este porcentaje de las viviendas que cuentan con agua entubada pudieran disponer de ella de manera permanente. Con los datos disponibles de 2010 se observa que solo el 67 por ciento cuenta con el servicio de agua de manera diaria, por lo que la eficiencia apenas sobrepasa la mitad en el servicio público de agua potable en el municipio.

Además, en 2015 la población que dispone de algún tipo de almacenamiento es del 73.5 por ciento en cuanto a un tinaco y de solo 29 por ciento para cisterna o aljibe generando los problemas de abastecimiento y suministro que se presentan tanto ordinariamente como cuando alguna de las fuentes de suministro falla o se encuentra en mantenimiento.

Procesos de contaminación y sobreexplotación del agua

 

Adicionalmente a la crisis del agua se tienen acciones que repercuten en el proceso de sustracción y dotación de agua a la población; inicialmente, los lugares de donde se extrae el líquido sufren la modificación del entorno, la colocación de bombas de extracción, tubería, cárcamos, elementos de delimitación, energía eléctrica y su cloración para el uso doméstico.

Todo lo anterior implica no solo el cambio de uso de suelo de las superficies de donde se genera, sino también procesos de degradación del medio ambiente que generalmente chocan con los intereses de los pobladores originarios del lugar. La mayoría de las ocasiones, el destino de los recursos naturales provoca la confrontación entre los residentes del lugar con los gobiernos locales, estatales o federales. Igualmente, con empresas o dueños particulares que se apropian de las fuentes de agua, cauces o terrenos aledaños a estos ya sea para la explotación agrícola, ganadera, comercial o de abasto público.

El riesgo no solo es el desabasto de agua potable sino los procesos de eliminación de las aguas usadas. El uso irracional del líquido conduce a desecharla en las mismas condiciones, provocando la contaminación de los caudales de agua o en algunos casos de las fuentes de abastecimiento.

Según datos del 2015, en Toluca el 97.2 por ciento de las viviendas disponen de drenaje. Pero alrededor de 5 mil 800 viviendas desalojaban sus aguas negras a una barranca, grieta, río o lago. Por otro lado, 5 mil 375 no disponían de drenaje. En total, más de 11 mil viviendas descargaban sus aguas negras en sitios inadecuados para ello, causando un impacto negativo en el ecosistema y en la salud.

Es de mencionar que tanto el afluente más importante de Toluca, el río Verdiguel, como las demás fuentes que la abastecen, enfrentan problemas de contaminación. De igual manera, hay sobreexplotación por parte del sector habitacional y de servicios varios, la industria y la agricultura.

La Comisión Nacional del Agua, que otorga los títulos de concesión o permisos para la explotación de aguas nacionales, ha otorgado de manera constante permisos a gobiernos municipales, autoridades auxiliares, ejidales, comunales y particulares para la explotación del agua, lo que ha generado procesos de degradación del medio ambiente y de desabasto de los pueblos originarios.

 

Sobreexplotación de los pozos municipales

 

Los mantos acuíferos que dotan de agua al municipio (92 pozos) presentan problemas de sobreexplotación. Si no se contara con el agua que envía el sistema Cutzamala no se alcanzaría a cubrir la demanda que reclama el municipio y la zona metropolitana del valle de Toluca.

En este contexto, existe un grave problema de sobreexplotación en el acuífero del valle de Toluca de 153 mil millones de litros, el cual por sí solo representa el 9 por ciento de la sobreexplotación de la región (Conagua et al., 2015: 55).

Así, en 2016, la explotación del agua para actividades de abastecimiento público, industrial y agrícola es de 131 mil millones de litros, extrayendo de las fuentes superficiales 49.5 y de las subterráneas 82. Así, estas últimas, que son las de mayor extracción, sufren sobreexplotación.

Esto ha provocado hundimiento en varias zonas del valle de Toluca pues es más lo que se extrae que lo que se recarga. En varias partes de la ciudad, el hundimiento alcanza hasta un metro, colapsando la infraestructura hidráulica y de vialidad.

Expósito Castillo, señala que de 1970 a 2017, el acuífero del valle de Toluca ha descendido 60 metros de nivel de profundidad… Dicho depósito fue en 2015, el segundo a nivel nacional con más problemas de sobreexplotación.

En el municipio de Toluca, la perforación en el subsuelo que tienen los 92 pozos es de 300 metros, bombeando mil 313 litros por segundo. Esto representa el 73 por ciento del agua que llega al municipio. El agua se encuentra cada vez más a mayor profundidad, lo que incrementa los costos.

El riesgo inminente para la población es que tan acelerada extracción impida el abastecimiento en algunas partes del municipio, a la vez que el hundimiento provocado dañe el sistema de agua potable y se contamine; más, cuando existe una zona industrial que utiliza distintas sustancias químicas en la producción.

Además de la pérdida de una parte importante de agua en fugas, el aumento en los riesgos de colapso de viviendas e infraestructura destinada a un servicio público y el desbordamiento de los caudales de desagüe, se teme el colapso de vialidades.

 

Despojo de los recursos naturales asociados al agua

 

La explotación del agua ha traído como consecuencia el despojo de las tierras, bosques y aguas de los pueblos originarios. Bajo la premisa de lograr el desarrollo, los bienes comunales y ejidales han sido afectados por las autoridades que deberían ser las encargadas de la protección de los recursos de dichos pueblos.

En el municipio de Toluca y áreas adyacentes, varias localidades presentan situaciones de despojo, invasión o extracción de sus recursos, sin acciones gubernamentales que detengan o impidan su proliferación. Y esto ocurre al otorgar permisos y concesiones a empresas o particulares que tienen los recursos económicos para conseguir de las autoridades gubernamentales las autorizaciones correspondientes. Lo logran al cumplir con las formalidades y requisitos que se exigen para su concesión, y que son difíciles de reunir o costear por parte de los pobladores afectados.

El 26 de septiembre de 2013, mediante un decreto del presidente Enrique Peña Nieto, se modificó la categoría de Parque Nacional del Nevado de Toluca. Se le declaró Área de Protección de Flora y Fauna. La categoría de parque nacional se la otorgaron en 1936 y se modificó un año después pero siempre bajo la consideración de conservar y proteger la flora y la fauna del lugar. Además de reconocer su importancia como fuente de recarga de las aguas de los ríos, manantiales y lagunas que dan origen a importantes cauces de la región: la del río Lerma-Santiagoy la del río Balsas. El cambio de categoría se realizó con el supuesto objetivo de impulsar el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales del país, marcado en las estrategias del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.

Pero dicho cambio abre la posibilidad de otorgar permisos para el turismo, la explotación forestal, las prácticas silvícolas, el aprovechamiento de la vida silvestre, la construcción y mantenimiento de infraestructura pública o privada. En tanto se olvidó la importancia que tiene el nevado como un todo para la recarga de las fuentes de agua: es la principal abastecedora de la ciudad de Toluca y su zona metropolitana.

Bajo esta amenaza, pobladores de la localidad de Santiago Tlacotepec, ubicada en las inmediaciones del nevado, se organizaron para defender el agua de la comunidad, proyectándolo como un problema comunitario de interés estatal y nacional. Mediante foros, informaron de la apertura a la explotación forestal y a través de manifestaciones expresaron su rechazo al decreto.

En diciembre de 2015 solicitaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación revocar el decreto presidencial. No está de más señalar que es ancestral la importancia que tiene el nevado de Toluca para los pobladores locales, no solo por la necesidad de proteger sus recursos sino por su carácter tradicional-espiritual y de resistencia, pues de los manantiales existentes se han abastecido de agua por siglos. No debe pasarse por alto que el agua tendrá cada vez mayor importancia social, económica y política. Mucho más que los hidrocarburos hoy.

 

Despojo del agua por las autoridades y empresas

 

El despojo de los recursos hídricos o naturales no solo se materializa a través de grandes proyectos nacionales o estatales, sino también en el ámbito municipal. Poblaciones que administraban autónomamente el suministro de agua han sido excluidas de esa tarea por los organismos municipales creados supuestamente para la extracción, uso y saneamiento del preciado elemento.

Pese a ello, la agudización de los problemas de abastecimiento son recurrentes, lo que da origen a actos de protesta y reorganización social para la restitución de sus recursos hídricos. No solamente por la falta de agua o su distribución inequitativa, los cobros excesivos y la mala calidad del líquido, sino por destinarlo a otros lugares localizados fuera de las fuentes originales. Y como cereza del pastel, los abusos y malos tratos de las autoridades que administran el servicio.

Así, la privatización del agua y el despojo de los recursos hídricos es una situación constante en el municipio de Toluca, donde la autoridad tiene poca o nula intervención después de otorgar los permisos correspondientes. Y sin atender las inconformidades que surgen a partir de estos actos. Por ello, la población se organiza de la mejor manera posible en defensa de sus intereses y de sus recursos naturales. Lo hacen a través de la presión social y la lucha organizada, intentando evitar la destrucción, el saqueo y la exclusión de recursos que por muchos años fueron propios.

En los diez recientes decretos del presidente Peña Nieto en torno al manejo del agua en las principales cuencas hidrográficas del país, se vislumbra una afectación aun peor que la situación descrita para el municipio de Toluca. Mas al perder su partido las elecciones recientes, dichos decretos seguramente serán modificados de raíz en bien de la Nación y del estado de México en particular.

Carlos Eduardo Massé Narváez
Salvador López Pacheco,
Francisco Argüello Zepeda,
Gustavo Segura Lazcano,
Ivett Vilchis Torres

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