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Omar Vázquez, el mexicano que construye casas con algas marinas

Ariel Noyola Rodríguez

El sargazo, un alga marina que continúa llegando a las costas de Cancún y la Riviera Maya, y que ha puesto en jaque lo mismo a empresarios de la industria turística que al gobierno mexicano, sirve como materia prima para la construcción.

Un empresario que vive en Puerto Morelos, municipio localizado en el medio de Cancún y Playa del Carmen, inventó una fórmula para fabricar tabiques a partir de sargazo, demostrando que una crisis bien puede traducirse en una oportunidad, pues significa la posibilidad de construir alternativas.

Se trata de Omar Vázquez, también conocido como el señor sargazo, un hombre de 43 años originario del estado de Jalisco que se ha convertido en toda una revelación.

De ser propietario de un modesto invernadero y dedicarse a la comercialización de plantas, Omar saltó a la fama cuando el año pasado presentó la primera casa construida con tabiques de sargazo en televisión nacional.

La bautizó con el nombre de Angelita, en honor a su fallecida madre, una obra que tiene un gran valor sentimental, pues en ella está plasmada la historia de su vida, revela en entrevista. Representa la materialización de una vieja aspiración: construir una casa propia.

Nunca imaginó el boom que estaba por venir. Hoy es muy solicitado, lo mismo por autoridades del gobierno mexicano que de varios países de América Latina y el Caribe. Sin saber qué hacer ante el arribo masivo de sargazo a sus costas, piden su asesoría para dar un uso alternativo a esta alga marina.

La labor de Omar Vázquez está enfocada en apoyar a personas de escasos recursos, gente que, sin su respaldo, difícilmente habría podido hacerse de un patrimonio para vivir.

No es obra de la casualidad. La de Omar es una historia de vida cuesta arriba. Se trata de un empresario que, asegura, ha logrado abrirse paso a base de mucho trabajo y esfuerzo.

Exitoso actualmente, Omar se promete a diario no olvidar sus orígenes ni el largo camino recorrido. Son sus recuerdos de la infancia y juventud los que hacen que no pierda de vista su principal objetivo.

Su misión no es otra que contribuir a mejorar la vida de la gente. La llegada masiva de sargazo a las playas del Caribe mexicano constituye un grave problema que, sostiene, si se aborda de otra manera tiene el potencial de generar beneficios para la población con menores ingresos.

Trabajar a favor de México, con o sin apoyo del gobierno.

Las decisiones que tome el gobierno ante la “crisis del sargazo” no serán un impedimento para continuar trabajando, asegura Omar Vázquez. Recuerda que, originalmente, el proyecto lo comenzó en solitario, sin ningún apoyo.

Fue hasta después de la construcción de la primera casa de sargazo cuando comenzó a recibir apoyos. Omar destaca la colaboración de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) de Quintana Roo que, tras la construcción de casa Angelita, lo apoyó para que realizara las primeras pruebas de laboratorio.

Actualmente, la dependencia estatal a cargo de Alfredo Arellano contrata a empresas que se encargan de recolectar el sargazo en las costas y llevarlo hasta las fábricas donde se elaboran los tabiques.

Otra parte del sargazo utilizado es recolectada por jóvenes que trabajan con el empresario. Muchos de ellos, cuenta, atraviesan por situaciones difíciles. No estudian, o no consiguen empleo; otros, son adictos al alcohol o a las drogas, o sufren ansiedad y depresión.

Omar los ha motivado y capacitado para que aprendan a trabajar en su invernadero Blue Green. Revela que, de 2015 hasta la fecha, más de 150 jóvenes han trabajado con él, en su mayoría durante una corta temporada.

Los tabiques de sargazo se han ido mejorando con el tiempo. El proceso de producción ha ido evolucionando. Poco a poco se han ido encontrando las mejores combinaciones y técnicas para fabricar un bloque de una mayor calidad.

Tan pronto el sargazo llega a las fábricas, se pone a secar para deshidratarlo, detalla Omar. Luego, se revuelve con varias fórmulas para obtener la mezcla perfecta. Así, desde que el sargazo llega a las fábricas hasta que finalmente se transforma en tabiques, pueden pasar entre 3 días y una semana, dependiendo del ritmo de producción.

Después de la construcción de casa Angelita, localizada en Puerto Morelos, Omar Vázquez construyó la segunda en este municipio y, por primera vez, la entregó a personas de escasos recursos gracias al apoyo económico de la periodista mexicana Paola Rojas, quien cubrió la noticia de la construcción de casa Angelita.

Conmovida con su historia, la comunicadora hizo el compromiso de apoyar con la mitad del financiamiento para construir las primeras tres casas, la otra mitad de los gastos corre por cuenta de Omar. Construir una casa cuesta alrededor de 150 mil pesos (unos 7 mil 500 dólares), incluyendo mano de obra; un monto por debajo de lo que se paga por una casa de interés social, asegura el empresario.

Ubicada en la localidad de Leona Vicario, a partir del 16 de enero de este año la segunda casa levantada con tabiques de sargazo es habitada por la familia de Ismael y Mónica, una pareja con seis hijos que perdió su casa en un incendio y no recibió apoyo de ninguna autoridad.

La tercera casa de sargazo se encuentra en construcción. Será entregada a dos adultos mayores que se dedican a hacer pan para mantener a sus dos hijos, uno en estado vegetal y otro con síndrome de Down, y que no pudieron pagar el incremento del costo de la renta.

Se tiene prevista la construcción de tres casas más, con lo cual, este año sumarían cinco las entregadas a familias de bajo recursos. A este ritmo, la meta de Omar es entregar para marzo de 2020 10 casas a igual número de familias.

Tabiques de sargazo cruzan fronteras

Varios gobiernos de la región se han acercado a Omar para usar tabiques de sargazo en sus países. Se ha reunido con autoridades de Malasia, Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana, Jamaica, Barbados y Belice.

Con este último país, destaca, las pláticas están bastante avanzadas. El pasado junio, el alcalde de San Pedro (Belice), Daniel Guerrero, visitó Quintana Roo para conocer las soluciones que se han puesto en marcha en el Caribe mexicano ante el arribo masivo de sargazo.

Su equipo ha estado en contacto con Omar, quien ya alista el arranque de las primeras dos plantas de fabricación de sargazo fuera de México. Operarán en San Pedro, una de las localidades de Belice que más dependen de la actividad turística.

La idea es fortalecer la cadena de producción. Actualmente, Omar cuenta con una planta de producción en Mahahual (la más grande y con un inventario de más de 100 mil bloques) y otra en Puerto Morelos. Su meta es construir tres plantas más el próximo año en Akumal, Playa del Carmen y Tulum, para tener por lo menos cinco en Quintana Roo.

Empresarios de la industria inmobiliaria y turística lo han buscado para lanzar proyectos de inversión de gran envergadura. No tienen otra alternativa que acercarse a él para utilizar el sargazo en la construcción, pues el tabique está patentado desde el año pasado. De hecho, dado el alto nivel de demanda, Omar Vázquez no descarta la posibilidad de empezar a vender franquicias.

El propósito, sin embargo, no es hacer negocio sino seguir contribuyendo para que la gente tenga una vida digna. “Lo que inició como un sueño, hoy es una realidad, así pasa cuando haces las cosas sin pedir nada a cambio (…) La gente es mi principal objetivo y mi responsabilidad como ciudadano es aportar lo que está en mis manos”, concluye.

Ariel Noyola Rodríguez
Contacto: @noyola_ariel
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