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Millones de dólares en demandas por efectos cancerígenos

Hace tres meses se supo que la empresa químico-farmacéutica alemana Bayer deberá pagar hasta 10 mil 900 millones de dólares luego de alcanzar un acuerdo en una demanda sobre un producto, Roundup también conocido como glifosato, que podría causar cáncer. Tal producto ha sido objeto de unas 125 mil demandas por los supuestos efectos cancerígenos. El acuerdo lo alcanzó el bufete de abogados de Nueva York Weitz & Luxenberg que representa a casi 100 mil personas.

Aunque Bayer niega cualquier delito, dijo que pagaría la suma para acabar con la “incertidumbre”. Como parte del acuerdo, la empresa declaró que cubriría hasta 9 mil 600 millones de dólares a los demandantes y pondría en reserva otros mil 250 millones para cubrir demandas futuras.

El herbicida Roundup fue originalmente lanzado por la firma estadounidense Monsanto, que Bayer compró en 2018 en 63 mil millones de dólares. Desde su introducción, hace más de cuatro décadas, se convirtió en uno de los herbicidas más populares del mundo, pero su sustancia activa, el glifosato, ha sido de las más polémicas, particularmente por su uso en América Latina.

La compañía que lo introdujo al mercado en 1974 fue Monsanto, que tuvo la patente hasta 2000. A partir de entonces, el producto pasó a ser vendido por otros fabricantes. El glifosato se usa en agricultura y silvicultura; para el control de la maleza en áreas industriales y también en céspedes y jardines. Su efecto sobre las plantas no es selectivo, lo que significa que mata a la mayoría de ellas cuando se aplica.

Los agricultores lo rocían en los campos antes de que sus cultivos broten en primavera. Así no tienen que competir con las malezas de los alrededores. Algunos también lo usan como un tratamiento previo a la cosecha, pues seca los cultivos y facilita la recolección. Hay cultivos, como la soya, que han sido genéticamente modificados para resistir al glifosato.

Los efectos sobre la salud

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, informó en 2015 que la substancia es “probablemente carcinógena para los humanos”. Pero la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) considera que es segura cuando se usa con precaución.

En 2016, un informe conjunto de la OMS y la ONU determinó que, si bien algunas investigaciones sugerían “alguna evidencia de una asociación positiva entre la exposición al glifosato y el riesgo de linfoma no Hodgkin”, el único estudio grande de alta calidad encontrado “no mostró evidencia de una asociación en cualquier nivel de exposición”. Éste llegó a la conclusión de que “es poco probable que represente un riesgo carcinogénico para los humanos debido a la exposición a través de la dieta”.

Un estudio de 2016 de los Servicios del Medio Ambiente de Europa notó una creciente preocupación por el uso intensivo de glifosato, pues algunas plantas han desarrollado resistencia a él, lo que significa que los agricultores tienden a usarlo más.

La evidencia científica sigue estando lejos de ser concluyente, pero en 2018 un tribunal en California emitió el primer fallo vinculando Roundup al cáncer, otorgando a los demandantes una sustancial compensación. Entre los litigantes se encontraba Dewayne Johnson, quien padecía un cáncer terminal diagnosticado en 2014. El jardinero utilizó decenas de veces herbicidas con glifosato de las marcas RangerPro y Roundup, comercializadas por Monsanto en Estados Unidos. El jurado de California determinó que los herbicidas de Monsanto contribuyeron “sustancialmente” a la enfermedad terminal de Johnson.

Muy polémico en América Latina

El glifosato se encuentra dentro de los herbicidas altamente peligrosos para las personas, animales y ecosistemas, según las investigaciones de varias ONG y de autoridades reguladoras independientes.

Estos peligros ambientales incluyen problemas como la contaminación de fuentes de agua o la “interrupción de las funciones del ecosistema”, como la polinización. La mayor parte de los plaguicidas y herbicidas perjudiciales para la salud y el medio ambiente se venden en países en desarrollo con miras a mejorar el rendimiento de cultivos en alta demanda, como la soya. O con el propósito de erradicación de cultivos ilícitos, como la coca. Muchos países en América Latina tienen un largo historial de aplicación de herbicidas que contienen glifosato. Aunque algunos los han prohibido, varios otros continúan usándolos.

Según un estudio de la Universidad Nacional de La Plata realizado en 2018, Argentina ocupaba el primer lugar mundial por la cantidad de glifosato que usa en sus campos de cultivo.

Según el mismo estudio, la concentración del glifosato ha aumentado y los argentinos tienen “una exposición continua y sostenida a este compuesto”.

Profesionales de la salud han abogado desde hace varios años por el veto a ese químico. Aunque no se ha prohibido a nivel nacional, ya hay más de 400 ciudades y pueblos que no lo permiten, según la firma internacional de abogados litigantes Baum Hedlund Aristei Goldman.

¿Y en Brasil?

En el mayor exportador de soya del mundo, hubo un fallo que no permitía que productos que contuvieran glifosato pudieran ser registrados en el país. Pero el fallo se desestimó y una re-

evaluación oficial sobre los efectos del compuesto, realizada en febrero de 2019, no prevé que se prohíba a nivel nacional.

En contraste, en Colombia, donde el glifosato se utilizó durante años para fumigar los cultivos ilegales de coca, está vetado desde 2015. Hay intentos del gobierno del presidente Iván Duque para reanudar las fumigaciones aéreas, pero un tribunal sostuvo el fallo original declarando que el gobierno tenía que probar que el glifosato no es perjudicial para la salud humana ni para el medio ambiente, antes de levantar la restricción.

En México, la Secretaría del Medio Ambiente prohibió la importación del producto y otros países de la región han adoptado leyes limitando su uso. Por ejemplo Costa Rica, que lo prohibió para sus 11 reservas naturales protegidas, mientras El Salvador está por aprobar una legislación que igualmente limita el uso del citado herbicida.

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https://www.bbc.com/mundo/noticias-53180741