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Eliminar el carbón es indispensable para combatir el cambio climático

Nain Martínez Segura y Adrián Fernández Bremauntz

La Organización Meteorológica Mundial ha confirmado que la década de 2010-2019 fue la más caliente de la historia. Y 2019 el segundo año más caliente de la década. Al inicio de la revolución industrial en 1750, la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera era de 280 ppm. La concentración de CO2 a principios de diciembre de 2020 fue de 412.9 ppm lo que significa 1.4 ppm por arriba de la concentración registrada un año antes en la misma fecha.

El nivel de CO2 en la atmósfera ha ocasionado ya un incremento de 1.1 °C por encima de la temperatura promedio del planeta antes de inicio de la industrialización. La comunidad científica ha alcanzado un consenso sobre los amplios riesgos sociales y ambientales que se presentarán si este incremento supera 1.5 °C por encima de las temperaturas preindustriales1.

Los fenómenos meteorológicos extremos han aumentado su frecuencia e intensidad en nuestro planeta y existen muchas otras manifestaciones del calentamiento global. Los países más vulnerables a estos impactos adversos son los de menor capacidad económica y donde existen numerosas comunidades en condiciones de pobreza y desventaja social.

Después de más de 20 años de un intenso proceso de negociación, la comunidad internacional, incluyendo a México, se comprometió en el Acuerdo de París (2015) a no permitir un aumento en la temperatura global mayor a 2 °C y redoblar esfuerzos para que el aumento no supere 1.5 °C.

Aunque los compromisos de reducción de emisiones iniciales hechos por los países en 1995 dentro del Acuerdo de París son insuficientes para alcanzar la meta señalada, la mayoría de las naciones del mundo (incluyendo a México2) se han comprometido a plantear el próximo año metas 2030 más ambiciosas y a buscar alcanzar la neutralidad de emisiones para 2050 (emisiones netas de CO2 igual a cero), por reconocer que ese es el tipo de reducción que se requiere en el mundo para no rebasar 1.5 °C de incremento de temperatura.

Es importante destacar que la Unión Europea, Japón, Canadá y el nuevo gobierno electo en los Estados Unidos han anunciado que se comprometen a esta meta. China también ha ofrecido alcanzar neutralidad en sus emisiones para el 2060.

Para lograr estas ambiciosas metas se deben acelerar procesos como: la sustitución de los vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos (anunciado ya por muchos países antes del 2040) y la sustitución del carbón por energías renovables para la generación de electricidad.

De hecho se reconoce a nivel mundial que la eliminación total del carbón es una de las medidas indispensables para alcanzar la neutralidad de emisiones a mediados de siglo. Las plantas carboeléctricas son responsables del 40 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) causadas en la generación de electricidad.

Éste es un volumen equivalente al total de emisiones de las naciones que constituyen la Unión Europea2. Esto se debe a que el carbón tiene la mayor intensidad de emisiones de GEI por unidad de energía producida entre los combustibles fósiles, superando, por ejemplo, en un 45 por ciento al gas natural y en 22 por ciento las del diésel3.

La sustitución del carbón es una acción climática prioritaria que requiere de una implementación urgente. Para alcanzar los objetivos internacionales y evitar los impactos severos del cambio climático, el 80 por ciento de las carboeléctricas en el mundo tendrían que ser retiradas para el 2030, y la totalidad de las plantas lo tendrían que ser para el 20404.

México podría cumplir con este imperativo de responsabilidad global con relativa facilidad y al hacerlo, tendría la oportunidad de mejorar las terribles condiciones de vida de los mineros del carbón y consecuentemente de sus familias.

Desde el punto de vista económico, producir electricidad con carbón es mucho más caro que lograr electricidad con energías renovables. Incluso dentro de los combustibles fósiles, obtener electricidad con gas natural es también más barato que hacerlo con carbón.

Para México, mantener sus plantas carboeléctricas en operación le significa un elevado costo al erario, por ser estas plantas junto con las de combustóleo las más caras de nuestra matriz de generación eléctrica.

Actualmente, distintos gobiernos nacionales y regionales realizan esfuerzos para eliminación del carbón. Entre estos se encuentran países de altos ingresos como Alemania, España, Canadá, Reino Unido, Francia y Austria. Igualmente, economías emergentes y países latinoamericanos similares a México, como Brasil e incluso Chile, el cual tiene una añeja tradición en esta industria5. China también marcha en contra de utilizar carbón.

La experiencia internacional ha demostrado que el diseño participativo y justo del proceso de retiro del carbón puede beneficiar a las comunidades que viven en torno a las plantas y minas de carbón.

Aunque esta industria genera empleos, éstos son mal pagados, con altos riesgos a la salud y a la integridad física de los trabajadores. Además la utilización del carbón produce una alta contaminación del aire y del agua.

Como se menciona en otro artículo de este suplemento, la cancelación de las plantas carboeléctricas de México reduciría la alta incidencia de enfermedades respiratorias, distintos tipos de cáncer y otros padecimientos. La sustitución debe producir empleos dignos y sin riesgos laborales6.

¿Cuál es la situación en México?

México se encuentra ya entre los 10 países con mayores emisiones de GEI debido a su alta dependencia en los combustibles fósiles como carbón, combustóleo y gas, con los cuales se produce el 80 por ciento de la electricidad. En el Acuerdo de París, nuestro país se comprometió a reducir en un 22 por ciento las emisiones de GEI –reducirlas 30 por ciento en el sector eléctrico–, y participa en la Alianza Global para el Retiro Progresivo del Carbón, respaldando un proceso de retiro rápido del carbón con medidas de apoyo para los trabajadores y las comunidades.

Asimismo, en respuesta al llamado del secretario general de la ONU durante Cumbre del Clima de septiembre de 2019, México se adhirió a la iniciativa Climate Ambition Alliance, la cual fue ratificada en diciembre de ese mismo año durante la COP25 celebrada en Madrid y presidida por el gobierno de Chile.

Además, la Ley General de Cambio Climático y la de Transición Energética establecen objetivos de mitigación y mecanismos de implementación en el sector energético. Sin embargo, las tendencias en las emisiones del sector eléctrico debido al freno que se ha dado a las energías renovables son desfavorables al cumplimiento de los objetivos climáticos7.

A nivel nacional, el carbón solo genera en torno al 10 por ciento de la electricidad, pero son responsables del 22 por ciento de las emisiones de GEI del sector eléctrico en el país. La generación de electricidad basada en carbón es similar a la participación conjunta de las tecnologías eólica, solar fotovoltaica, bioenergía y generación distribuida, las cuales no producen emisiones.

En México operan solamente tres carboeléctricas:

La planta José López Portillo (1982) en Nava, Coahuila (mil 200 MW);

La central de Carbón II (1993), también en Nava (mil 400 MW); y

La planta Plutarco Elías Calles (1993), conocida como Petacalco, en el estado de Guerrero (2 mil 778 MW).

El retiro de las carboeléctricas es una acción prioritaria, con alta viabilidad técnica y de alta costo-efectividad para avanzar en el cumplimiento de nuestras metas de mitigación de emisiones prometidas en el Acuerdo de París. Eliminar las carboeléctricas y las termoeléctricas que utilizan combustóleo permitirá a México avanzar en el cumplimiento de sus compromisos del Acuerdo de París 20198.

Central termoeléctrica José López Portillo

Tiene una capacidad instalada efectiva de mil 200 MW en cuatro unidades generadoras de 300 MW cada una. La CTJLP, está localizada a 13 kilómetros de la cabecera municipal por la carretera nacional 57 y su infraestructura se puede observar desde distintos puntos.

La central cuenta con sistemas de manejo de carbón, manejo de cenizas de fondo y volante y un sistema de enfriamiento cuya agua es transportada a través de un acueducto desde el Río Bravo hasta su estanque, recorriendo 30 kilómetros, misma que es trasportada a través de una estación de obra de toma instalada directamente en el Río Bravo y dos estaciones de rebombeo, que cuentan con un sistema de cuatro bombas por estación.

La generación anual promedio alcanzada es de 9 millones 200 mil MWh con un consumo de carbón de 5 millones 300 mil toneladas y una disponibilidad superior al 90 por ciento.

La central termoeléctrica Carbón II

Esta central cuenta con cuatro unidades generadoras con capacidad de 350 MW cada una, para un total de mil 400 MW. Anualmente entrega una generación de 10 millones 300 mil MWh. En la central José López Portillo trabajan alrededor de 600 trabajadores tanto sindicalizados como no sindicalizados.

En el aspecto de contrataciones, cabe destacar la derrama económica regional que conllevan los mantenimientos de las unidades. A través de la licitación pública concursan empresas de todo el país para la adjudicación de contratos. Con base en ello se tiene una fuente de empleo por un intervalo de entre uno y tres meses en función al tipo de mantenimiento, siendo los mantenimientos mayores los de mayor duración.

Central termoeléctrica de Petacalco

Desde su inauguración, la central de Petacalco, Guerrero, también denominada Plutarco Elías Calles, ha operado por medio de carbón importado, principalmente de Australia, Colombia, Estados Unidos y Canadá. Esta central puede generar 2 mil 778 MW, por lo que es una de las más importantes del país. Su combustible primario es el carbón, se estima que consume en promedio 7 millones de toneladas de carbón. Esta planta es la principal generadora de CO2 al ambiente de todas las centrales eléctricas del país. También es una de las principales emisoras de mercurio y otros contaminantes. Un reportaje sobre esos problemas se ofrece aparte en este suplemento.

Ninguna de estas plantas aparece en el programa de 15 años divulgado en el 2014 por las autoridades de energía9, el cual destacaba que la competencia de precios del gas natural había conducido a una reducción del uso de carbón en México para la generación de electricidad, con lo que se proyectaba que las centrales eléctricas a carbón generarían apenas el 4.5 por ciento de la electricidad de México para el 2028 (un descenso con respecto al 9.7 por ciento en el 2012).

El sector no es relevante, su aporte a la matriz energética puede ser sustituido, al tiempo que se generan otros medios de vida menos peligrosos para los trabajadores del sector.

1 IPCC. (2018). IPCC special report on the impacts of global warming of 1.5 °C. Cambridge, United Kingdom and New York, USA.

2 IPCC (2014). Climate Change 2014: Mitigation of Climate Change. Contribution of working group III to the fifth assessment report of the intergovernmental panel on climate change. Cambridge, United Kingdom and New York, USA.

3 EIA (2019). How much carbon dioxide is produced when different fuels are burned?, revisado: https://www.eia.gov/tools/faqs/faq.php?id=73&t=11

4 Yanguas-Parra, P., Gaurav-Gantin, R., Bill-Hare, Michel, Fuentes, Urula (2019). Global and regional coal phase-out requirements of the Paris Agreement: Insights from the IPCC Special Report on 1.5 °C. Climate Analytics.

5 Climate Transparency (2019, b). Managing the phase-out of coal: A comparison of actions in G20 countries. Climate Transparency, Berlin, Germany.

6 Climate Transparency (2019). Brown to Green 2019 report: The G20 transition towards a net-zero emissions economy. Climate Transparency, Berlin, Germany.

7 Climate Action Tracker. (2019). Mexico-Country Summary. Revisado: https://climateactiontracker.org/countries/mexico/

8 Martínez, N., Sierra, L., Jano-Ito, M., Olea, F., Ruiz, A., Ramones, R., Cruz., R., Flores, A., y Villarreal, J. (2020). Rutas sectoriales de descarbonización para México al 2030 y proyecciones a 2050: Documento de Política. UK-PACT, Iniciativa Climática de México, Carbon Trust, World Resources Institute: México.

9 Secretaría de Energía. (2014). Prospectiva del sector eléctrico 2014-2028, p 39.

Nain Martínez Segura
y Adrián Fernández Bremauntz
Iniciativa Climática de México, AC
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