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Conocer la reserva de la biosfera El Cielo para tener el mejor programa de manejo

Frida Caballero Rico, Ramón Ventura Roque-Hernández y José Alberto Ramírez-de-León

La creación de conocimiento y la mejora en el entendimiento de los procesos biológicos y sociales que afectan la conservación en las áreas naturales protegidas (ANP) requieren de que todas y todos los que de una manera u otra conviven dentro del área sepan de su importancia.

La reserva de la biosfera de El Cielo (RBC) ha tenido una gran difusión turística que, al parecer, no ha impactado más allá de que los visitantes la vean como un “área bonita”. Un lugar de descanso, y en el que “se logran tomar buenas fotografías para subir a las redes sociales”. ¿Entonces, cuál el estado actual del conocimiento generado sobre la reserva de la biosfera El Cielo y su relación con su programa de manejo?

El Programa de Manejo de la Reserva de la Biosfera El Cielo (PMRBC) (POE, 2013:3) “está conceptualizado como un documento rector de planeación y regulación, en el que se establecen las acciones mediante las cuales se pretenden alcanzar los objetivos de conservación de su biodiversidad y sus ecosistemas, apoyados en la gestión, investigación y difusión integrando, además, los mecanismos y estrategias necesarias para el adecuado manejo y administración del área, realizado por las poblaciones humanas locales y de su área de influencia”. Para ello, se desarrollaron seis subprogramas de conservación Protección, Manejo, Restauración, Conocimiento, Cultura y Gestión.

En 1986, la RBC ingresa a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera del programa Hombre y la Biosfera, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés: United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) (UNESCO, 2018).

El Cielo, Tamaulipas, es un área natural protegida por las características de sus recursos bióticos y abióticos, pero al parecer la mayoría de la gente lo desconoce.1

Por eso hace cuatro años algunos biólogos se dieron a la tarea de investigar la situación actual del conocimiento sobre la reserva y tratar de hacer algo por la difusión de tan importante conocimiento general.2

Los resultados de la investigación mostraron asociación indirecta entre publicaciones y programa de manejo, con ausencia de publicaciones en los subprogramas de cultura, comunicación y gestión, así como la necesidad de sistematizar los temas abordados.3

Como vemos, se requiere que los programas sean “reorientados hacia una valoración de las relaciones vitales que existen entre hábitos de vida y hábitats específicos, que son compartidos por comunidades de cohabitantes” (Rozzi, 2018: 7), junto con la Filosofía Ambiental de Campo (FILAC).

O bien, como argumentó Víctor M. Toledo (2013), abordarlos desde el metabolismo social, pues para comprender las relaciones entre comunidades humanas y sus recursos naturales, debe partirse del reconocimiento bidimensional de su relación: una dimensión material, visible, tangible, y otra inmaterial, invisible o intangible, siendo esta la que da estructura y sentido a los procesos.

Challenger y colaboradores (2014) expusieron que en México, aunque se reconoce la relevancia de analizar los ecosistemas en el contexto del desarrollo socio-ecológico, no se han generado del todo las políticas y los mecanismos para realizarlo.

La generación de conocimiento científico es pues importante, ya que proporciona elementos para una mejor comprensión de los procesos de la conservación socio-ecológica de la biodiversidad.

Con la finalidad de tener una mayor compresión del conocimiento generado se elaboró un segundo nivel de análisis, donde se buscó qué área planteada en el Programa de Manejo atiende la investigación, cómo contribuye su publicación a la conservación de la reserva de la biosfera El Cielo y si existió una transferencia de estos conocimientos.

Con esto se espera contribuir a mejorar las condiciones de la RBC si el análisis de dicha información, por parte de los responsables de los programas de manejo, les permite la toma de decisiones basadas en evidencia científica para la conservación de la biodiversidad y de las comunidades desde la óptica de los sistemas socio-ecológicos.

Y es que esto último ha sido la parte central de los estudios de campo que se han estado realizando en los últimos años: las y los campesinos que viven dentro del área de la reserva. Pues una reserva es un lugar vivo.

Notas:

1 Biótico es un actor vivo, o que estuvo vivo, en un ecosistema y abiótico es uno que no está vivo.
2 Y es que como señalan Halffter y col. (2015), los investigadores poseen capital intelectual, conocen el territorio, son los que interaccionan con miembros de la comunidad, lo que les permitiría la transferencia del conocimiento científico. De ahí la importancia de trabajar desde lo local e incorporar procesos socio-ecológicos para la conservación de la biodiversidad asociados a instituciones de educación superior.
3 El objetivo de ese trabajo fue pues identificar, analizar y categorizar el conocimiento científico generado sobre la reserva de la biosfera El Cielo disponible en diferentes bases de datos y determinar su concordancia con su programa de manejo.

Referencias:

POE, Periódico Oficial de Estado de Tamaulipas (2013). TOMO CXXXVIII 2013 Victoria, Tam. [En línea]. Disponible en: http://po.tamaulipas.gob.mx/wp-content/uploads/2013/12/cxxxviii-144-281113F-ANEXO.pdf.
UNESCO (2018). Man and the Biospehere Program. Latin America and the Caribbean: 130 biosphere reserves in 21 countries. [En línea]. Disponible en: http://www.unesco.org/new/en/natural-sciences/environment/ecological-sciences/biosphere-reserves/latin-america-and-the-caribbean/?
Rozzi, R. (2018). La Filosofía ambiental de campo y la ecorregión subantártica de Magallanes como un laboratorio natural en el antropoceno. Magallania (Punta Arenas). 46(1): 7-15.
Toledo, V. M. (2013). El metabolismo social: una nueva teoría socioecológica. Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad. 34(136): 41-71.
Challenger, A., Bocco, G., Equihua, M., Lazos-Chavero, E. y Maass, M. (2014). La aplicación del concepto del sistema socio-ecológico: Alcances, posibilidades y limitaciones en la gestión ambiental de México. Investigación Ambiental: Ciencia y Política Pública. 6(2).
CONABIO (2019). Áreas Protegidas (SINAP), con el Registro 039 Sistema Nacional de Áreas Protegidas
(SINAP). [En línea]. Disponible en: https://www.gob.mx/ conanp/acciones-y-programas/sistema-nacional-de-areas-protegidas-sinap.

Frida Caballero Rico
Universidad Autónoma de Tamaulipas, Centro de Excelencia, Gestión y Transferencia del Conocimiento,
Ciudad Victoria, Tamaulipas, México
Ramón Ventura Roque-Hernández
Universidad Autónoma de Tamaulipas, Facultad de Comercio, Administración y Ciencias Sociales,
Nuevo Laredo
José Alberto Ramírez-de-León
Universidad Autónoma de Tamaulipas, Unidad Académica de Trabajo Social y Desarrollo Humano, Ciudad Victoria
Correos-e: [email protected] y [email protected]