El manejo integrado del territorio en la cuenca Amanalco-Valle de Bravo — ecologica
Usted está aquí: Inicio / Artículos / El manejo integrado del territorio en la cuenca Amanalco-Valle de Bravo

El manejo integrado del territorio en la cuenca Amanalco-Valle de Bravo

Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible

Amanalco-Valle de Bravo es una subcuenca de la cuenca del río Cutzamala, ubicada al poniente del estado de México y con una superficie total de 61 mil 593 hectáreas. La componen los municipios de Amanalco y Valle de Bravo, Donato Guerra, Villa de Allende, Villa Victoria, Temascaltepec y Zinacantepec.

Esta cuenca brinda importantes servicios ambientales tanto a los habitantes del estado de México como a la Ciudad de México. Uno de los servicios más importantes es la provisión de aproximadamente 6 m3/seg de agua al sistema Cutzamala que abastece de agua potable a Toluca, Ciudad de México y zona metropolitana. Además, Amanalco es el segundo municipio del estado de México con mayor superficie de bosques bajo manejo forestal autorizado (10 mil 547.7 hectáreas).

Los bosques de la cuenca proveen los medios de subsistencia para 53 ejidos y comunidades rurales que además de producir madera aprovechan productos como los hongos, la vara de cohete, el agua de los manantiales y los tes y hierbas medicinales.

Desde hace ya más de 10 años los ejidos y comunidades de la cuenca Amanalco-Valle de Bravo han implementado una estrategia de manejo integrado del territorio, con la cual han logrado impulsar las economías locales, fortalecer la gobernanza territorial y mejorar el manejo de los recursos naturales de la zona.

La estrategia de manejo integrado del territorio que desarrollan los ejidos y comunidades de esa cuenca está basada en la planeación territorial participativa, el desarrollo de políticas comunitarias de uso de suelo y manejo de recursos naturales, la implementación de mejores prácticas de manejo de los recursos naturales, el impulso a los sistemas productivos sostenibles y el fortalecimiento de la gobernanza comunitaria y el capital social.

Desde hace seis años, esta estrategia se financia con el mecanismo local de pago por servicios ambientales para el manejo integrado del territorio (Pasmit), a través de la operación del Fondo Agua y Paisajes Sustentables, que garantiza un manejo transparente y responsable de los recursos económicos recaudados para el Pasmit. Este fondo se maneja a través de un fideicomiso privado que actualmente gestiona recursos provistos por donantes del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) y por la Conafor, a través de su programa de fondos concurrentes para el pago por servicios ambientales.

El Pasmit financia la implementación de planes operativos ejidales (POE) anuales elaborados por ejidos y comunidades de manera participativa para programar las actividades para mejorar el manejo del territorio y los recursos. Los planes se enmarcan en tres líneas: 1) manejo y protección de recursos naturales, 2) fortalecimiento de la gobernanza y el capital social y 3) impulso a sistemas productivos sostenibles.

El Pasmit ha trabajado ya durante seis años consecutivos en esta región. Durante el ciclo de trabajo 2017-2018, participaron 20 núcleos agrarios de la cuenca Amanalco-Valle de Bravo. Entre los núcleos agrarios participantes están: ejidos Capulín, San Bartolo, San Mateo Almomoloa, San Juan, San Mateo Amanalco, Rincón de Guadalupe, San Lucas, Amanalco, Potrero, San Jerónimo, Corral de Piedra, Candelaria y las comunidades San Antonio de la Laguna, San Miguel Tenextepec y Rincón de Guadalupe.

El presupuesto anual que asigna el Pasmit a cada núcleo agrario fluctúa entre 148 mil y 292 mil pesos, aproximadamente. Estos recursos provienen de donantes diversos; además, los propios ejidos y comunidades invierten recursos propios en la implementación de sus planes operativos anuales en el marco de esta estrategia como lo muestra la gráfica 1.

Impactos en la gobernanza y el capital social

Con la finalidad de que ejidos y comunidades fortalezcan la capacidad que tienen de autorregularse y organizarse para decidir sobre su territorio y sobre el uso de los recursos naturales, el Pasmit ha financiado y acompañado los esfuerzos de las comunidades para trabajar a través de cinco módulos relacionados con la gobernanza y la administración ejidal.

Oficina y archivo, que se enfoca en mejorar la infraestructura comunitaria que permite desarrollar trámites, procesos y proyectos colectivos. Ya 14 núcleos agrarios cuentan con oficina y comenzaron a poner en orden sus archivos legales y contables, su documentación forestal y la documentación de sus proyectos productivos.

Transparencia y rendición de cuentas, que sirve para manejar los recursos colectivos de forma ordenada, registrando ingresos y gastos de cada proyecto, teniendo una contabilidad ejidal clara y organizada, y realizando informes periódicos ante todos los ejidatarios o comuneros.

Asambleas excelentes, que trabaja en el mejoramiento de las asambleas ejidales y comunales para que se establezcan procedimientos y buenas prácticas que permitan generar consensos, resolver conflictos y decidir de manera democrática. Hasta ahora, ocho núcleos agrarios que han participado en este módulo han ido implementando mejoras. En particular, el ejido de San Lucas ha logrado asambleas ejemplares; más participativas, ordenadas y eficientes, y ha dado capacitaciones a otros núcleos agrarios fuera del estado de México.

Mayor control sobre el aprovechamiento forestal, módulo que incluye: a) elaboración de contratos formales, b) capacitaciones en buenas prácticas de manejo, c) estudios sobre identificación de Bosques de Alto Valor, d) implementación de buenas prácticas de manejo forestal, e) preparación para obtener certificaciones y f) adquisición de equipo y procedimientos para integrarse más en las cadenas de valor.

Inclusión de las mujeres en las iniciativas comunitarias. A partir del ciclo 2017-2018 se incorporó este módulo, que busca impulsar la participación de las mujeres en cuestiones agrarias y espacios productivos. Los núcleos están trabajando en el desarrollo de planes de trabajo para la inclusión de las mujeres en diversas iniciativas.

Impactos de la inversión en sistemas productivos

Algunos núcleos agrarios han estado invirtiendo los recursos provenientes del Pasmit en sistemas productivos ejidales y comunales que apoyan la generación de economías locales autónomas, prósperas y sostenibles. Entre los proyectos que han desarrollado están:

  • Diez ejidos han trabajado para mejorar sus operaciones forestales y han obtenido la certificación de buen manejo forestal ya sea nacional o internacional.
  • Tres ejidos han echado a andar y fortalecido sus proyectos ecoturísticos que hoy en día generan empleos y ganancias para los ejidatarios.
  • El ejido San Bartolo maneja la única granja de trucha ejidal del municipio.
  • Dos ejidos iniciaron su proceso para avanzar en la cadena productiva del aprovechamiento forestal autorizado y hacer ellos mismos las operaciones forestales en vez de cederlas a un contratista.
  • El ejido San Juan produce carbón vegetal certificado por el internacional Consejo de Administración Forestal (FSC por sus siglas en inglés) y lo vende tanto a granel como en bolsas de tres kilogramos para el comprador final.
  • Una comunidad desarrolló una estrategia para mitigar y compensar los impactos ambientales de un negocio de extracción de piedra al tiempo que lo hace más rentable y genera más empleos.
  • Una comunidad construyó y trabaja su propio vivero forestal.

 

Impacto territorial

Parte de los recursos del Pasmit son invertidos en mejorar el manejo del territorio y los recursos naturales. Las principales actividades que realizan los núcleos dentro de esta línea de trabajo son:

  • Aclareos y podas en sitios donde la densidad arbórea amenaza el desarrollo saludable del bosque.
  • Actividades de mantenimiento a reforestaciones y a la regeneración natural.
  • Restauración forestal de áreas degradas por incendios, vientos, plagas, pastoreo o algún otro factor.
  • Restauración de barrancas y cárcavas.
  • Manejo y protección de manantiales y cuerpos de agua.

 

Conclusiones

Los núcleos agrarios participantes en el Pasmit se han mantenido invirtiendo en los tres tipos de actividades: manejo y protección de los recursos naturales, fortalecimiento de la gobernanza y el capital social, y sistemas productivos sostenibles. Estas actividades contribuyen al mantenimiento de un modelo de manejo comunitario de territorios sostenible económicamente,que genera beneficios sociales de largo plazo y conserva los recursos naturales.

Esto contribuye a proveer los servicios ambientales necesarios para millones de personas en el centro del país ya que los ríos de esta cuenca llenan la presa de Valle de Bravo que provee alrededor del 40 por ciento del agua del sistema Cutzamala, que a su vez aporta el 24 por ciento del agua que llega a la Ciudad de México, Toluca y la zona metropolitana.

Este modelo de manejo territorial está bajo el control de las comunidades desde un esquema ampliamente participativo e incluyente que fortalece la gestión comunitaria, además parte de la planeación local ordenada y consensuada. Es un modelo integral que trabaja de forma intersectorial, incluyendo acciones en la diversidad de usos de la tierra y de sistemas de producción.

Este modelo de gestión busca generar aprendizajes que permitan diseñar políticas públicas dirigidas hacia los territorios rurales que pongan el manejo comunitario en el centro de la ecuación y que promuevan el desarrollo de economías rurales prósperas y sostenibles.

El Pasmit ha trabajado ya durante diez años consecutivos en esta región y hasta el año 2018 han participado 20 núcleos agrarios de la cuenca Amanalco-Valle de Bravo, como puede observarse en el mapa.

Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible
Correo-e: [email protected]