Uso y abuso acelerado de la naturaleza = Covid-19 — ecologica
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Uso y abuso acelerado de la naturaleza = Covid-19

Si nos pidieran describir nuestro tiempo, tendríamos que iniciar señalando su carácter global en todo el sentido del término. Esto nos lo está demostrando el virus SARS-CoV2, porque la enfermedad que provoca puede ser considerada la primera crisis ambiental global por el mal uso, abuso y destrucción que hemos hecho de la naturaleza, en particular el de la fauna silvestre: la defaunación.

Continuaríamos diciendo que, después de la década de 1950, nuestro ritmo de expoliación del medio ambiente ha dejado una profunda y desgarradora huella global en la naturaleza y en muchas sociedades. A este periodo se le conoce como el Antropoceno o la era de los seres humanos, porque nuestra especie se convirtió en una fuerza capaz de dejar una impronta en los ecosistemas, sumamente peligrosa para la vida en el planeta.

Después de la década de los años cincuenta, los impactos ecológicos locales se integraron a la historia ambiental global. Desde entonces los daños que le infringimos al medio ambiente se ven reflejados en el cambio climático global y en las ciudades insostenibles que consumen millones de recursos energéticos fósiles y nucleares; en los huracanes cada vez más devastadores.

También en la contaminación y carencia de agua potable que nos enferma como a cualquier otra especie viva; en el aire sucio que mata a las aves y que daña nuestros pulmones y sangre; en la tala indiscriminada de los bosques y selvas que deteriora los suelos de cultivo de millones de campesinos e indígenas de los que dependemos para alimentarnos; en la defaunación vertiginosa de miles de animales, que cuando destruimos sus hábitats, para producir monocultivos, provocamos la extinción de millones de interacciones ecológicas de las que depende nuestro bienestar; en los desplazados ambientales por los megaproyectos; en los polos industriales o infiernos ambientales de la región centro de nuestro país.

Igualmente, en las pandemias globales como la que hoy vive el mundo por el coronavirus. Por todo esto, la crisis múltiple que vive el mundo le ha dado la razón a los conservacionistas, ecologistas y ambientalistas que a lo largo de la historia han demandado el cuidado y protección de la Naturaleza.

México es uno de los países con mayor riqueza cultural y biológica del mundo, pero también es de los territorios con mayor desigualdad. Uno de los mayores desafíos es terminar con la pobreza sin expoliar la naturaleza. El reto global que enfrentamos por el uso, abuso y destrucción de la naturaleza nos obliga a pensar globalmente y buscar respuestas locales.

Los textos que componen este número de La Jornada Ecológica son una ventana que intenta mostrarle a los lectores distintas problemáticas ecológicas que debemos enfrentar.

Son diversas miradas a los grandes problemas ambientales del país, que también son globales porque la preocupación de los y las autoras es salvaguardar la vida en el planeta. Son reflexiones desde las humanidades, las ciencias y las artes.

Este número de La Jornada Ecológica contó con el apoyo académico y científico del proyecto PAPIIT IA401220 de la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Queremos agradecer especialmente al maestro Juan Humberto Urquiza García, investigador en dicha coordinación, su invaluable ayuda para reunir los textos que hoy ofrecemos a los lectores. Los elaboraron destacados especialistas en el tema del medio ambiente, los recursos naturales, los pueblos originarios y en la búsqueda de un México mejor alimentado y menos desigual en lo económico y en lo social.