¿Quiere glifosato en su comida? ¡Yo no! — ecologica
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¿Quiere glifosato en su comida? ¡Yo no!

Por fin, el glifosato ocupa la atención nacional. Al fin, el gobierno federal decide, vía la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), fijar para 2024 la prohibición total de dicho agroquímico para su uso en el país.

La Semarnat indicó que “ante las evidencias científicas de la toxicidad del glifosato, que demuestran los impactos a la salud humana y al ambiente”, se determinó diseñar una hoja de ruta para reducir gradualmente el uso del químico. Además, que la actual administración busca una transformación del sistema agroalimentario a fin de que sea “más seguro, más sano y respetuoso con el medio ambiente”.

Y para hacerlo realidad, junto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), se analizarán alternativas al uso del glifosato pues “existen muchas experiencias de manejo con métodos que los propios campesinos y comunidades indígenas han aplicado desde hace miles de años”.

Durante 40 años, el glifosato, producido por Monsanto, ha estado en México con el apoyo de funcionarios que supuestamente eran responsables de velar por la salud pública y un ambiente sano. Ello, pese a las numerosas evidencias de los daños que ocasiona tanto en Estados Unidos como en América Latina, Francia y Alemania, por ejemplo. Los gobiernos de estos dos últimos países, anunciaron acciones para el retiro gradual del citado compuesto.

Según datos oficiales, la década pasada esos funcionarios autorizaron la importación de 485 mil toneladas de dicho agroquímico. Y durante 2019, fueron 86 mil 449 toneladas, lo que constituye el 84 por ciento del herbicida utilizado en el agro nacional.

Mientras tanto, la empresa alemana Bayer, que en 2018 adquirió Monsanto en 63 mil millones de dólares, dijo que alcanzó un acuerdo para cerrar demandas en Estados Unidos en las cuales se denunció que el citado herbicida provoca cáncer. Pagará casi 11 mil millones de dólares.

Dicha sustancia es parte central de la revolución agrícola que, aseguran quienes la elaboran y venden, incrementó las cosechas de cereales y oleaginosas genéticamente modificados en Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, por ejemplo. Mas no es verdad. En cambio sí son una realidad los efectos nocivos que ocasiona en la agricultura, el agua y la tierra; en el aire, en diversos alimentos y, por supuesto, en la salud de la gente.

La noticia de la nueva estrategia gubernamental en torno al glifosato; el que se haya prohibido este año la importación de miles de toneladas, dio la vuelta al mundo. Y no es para menos pues México es cuna de la llamada Revolución Verde y uno de los países con mayor biodiversidad.

Los lectores de La Jornada Ecológica encontrarán esta vez materiales diversos sobre el glifosato y la lucha que desde hace décadas llevan científicos, organizaciones sociales diversas y centros de investigación a fin de terminar con el reinado del glifosato. También con el poder que sobre gobiernos y legisladores ha ejercido la mayor empresa trasnacional productora de agroquímicos y transgénicos. Igualmente, para eliminar lo más pronto posible del agro mexicano decenas de plaguicidas dañinos. En pocas palabras, hacer realidad el principio de “primero la salud y el medio ambiente que los negocios”.