Comunidades marinas casi desconocidas están registradas en el atlas del golfo — ecologica
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Comunidades marinas casi desconocidas están registradas en el atlas del golfo

Sharon Z. Herzka

Las comunidades marinas del Golfo de México reflejan sus múltiples ecosistemas. Éstas abarcan desde las comunidades de plantas y consumidores microscópicos que sustentan la base de las redes alimentarias, hasta los grandes depredadores como los tiburones, los peces picudos y los delfines y ballenas.

Como es de esperarse, hay un mayor nivel de conocimiento sobre la diversidad y función de los organismos que habitan zonas que se traslapan con las actividades humanas como el turismo o la pesca, incluyendo la línea de costa, la plataforma continental y las lagunas costeras.

También hay un mayor conocimiento sobre aquellas especies que sustentan las actividades pesqueras o que son carismáticas e icónicas, como los delfines y las tortugas marinas.

La segunda parte del Tomo II del atlas (https://atlascigom.cicese.mx/es/organization/tomo-iii-biogeoquimica-y-ecologia) se enfoca en ambientes, ecosistemas y especies sobre los cuales tenemos mucho menor conocimiento. Las comunidades que se representan a través de mapas de abundancia abarcan la extensa plataforma de Yucatán, ciertas regiones del talud y la vasta región profunda del golfo central y la bahía de Campeche, donde el helado fondo marino dista de la superficie por cuatro kilómetros.

Por medio de diferentes estrategias metodológicas y tipos de muestreos, junto de la participación de docenas de expertos especializados, se logró representar en los mapas la diversidad y los patrones de distribución del fitoplancton y el zooplancton, las larvas de los peces, los pequeños organismos asociados al fondo marino que se conocen como la meiofauna, y los peces e invertebrados, algunos de los cuales sustentan pesquerías importantes.

Observamos en los mapas que las comunidades cambian a lo largo del año en respuesta a las condiciones ambientales, y que distintas regiones exhiben comunidades distintivas y características. Uno de los resultados más sorprendentes es la alta diversidad de hongos que se encuentran en el fondo marino.

De estos hongos estamos aprendiendo que tienen importantísimas funciones en el ecosistema, como degradar la materia orgánica que llueve desde la superficie hasta el lecho marino, así como alimentarse de los hidrocarburos componentes del petróleo.

La salud y el funcionamiento de los ecosistemas marinos es fundamental para sustentar la vida en la Tierra. Aunque podría parecer que las comunidades del talud, la región profunda del Golfo de México y la plataforma de Yucatán están blindadas en contra del deterioro que causan las actividades humanas por su distancia de la costa lamentablemente no es el caso.

Los océanos son extensos, pero los organismos que lo habitan son frágiles y susceptibles al deterioro. Las actividades humanas pueden impedir su funcionamiento como proveedores del oxígeno que respiramos, fuentes de alimento, recicladores de materia orgánica que sustenta los ciclos naturales del planeta y como sumideros que mitigan los aportes descomunales de CO2 a la atmósfera que hoy nos lleva a enfrentar una crisis climática de escala global.

La alta diversidad biológica del Golfo de México es patrimonio de todos los mexicanos. Cada organismo tiene un lugar y papel en el ecosistema.

Su presencia, ausencia y abundancia están íntimamente enlazadas con la de otros componentes. Si no documentamos cuáles son los integrantes biológicos de los ecosistemas, y entendemos el papel que juegan, será difícil tomar acciones orientadas a que éstos perseveren en el tiempo.

Este tomo del atlas servirá como referencia para generaciones futuras y para la toma de decisiones que incidan positivamente en la conservación y el uso sustentable del golfo.

A pesar de que llevo casi tres décadas haciendo investigación sobre diversos aspectos de los ecosistemas marinos, trabajar sobre la integración del tomo Comunidades marinas fue un proceso durante el cual no dejé de sorprenderme al visualizar la información que se iba generando.

Cada mapa representa una ventana a organismos que es fácil pasar por alto en un ambiente un tanto ajeno para los humanos, un ambiente que es fluido, al ser acuático, y tridimensional por su profundidad. Como grupo de trabajo, todos los que contribuyeron en la elaboración de este tomo vieron plasmado en una representación geográfica los frutos de su dedicación. Con su trabajo ayudaron a iluminar una de las regiones más desconocidas del territorio mexicano. Esto requirió de un esfuerzo colaborativo intenso a lo largo de varios años que fue muy enriquecedor.

La variedad de organismos que habitan en el golfo y los patrones espaciales y temporales que se observan están relacionados con diferencias en las características del hábitat, la circulación de las aguas, y otros procesos oceanográficos que influyen sobre su distribución y abundancia.

Apenas estamos en el proceso de entender estos patrones, las futuras generaciones de científicos seguirán aportando a esta comprensión que es uno insumo imprescindible para tomar decisiones informadas sobre el uso y conservación de los ecosistemas.

Los océanos, particularmente las regiones profundas, como la zona central del Golfo de México, aún esconden muchos secretos. Estoy segura que hay muchas especies que aún se desconocen, porque nunca se han muestreado, o porque son raras o crípticas.

Las nuevas herramientas de identificación molecular que se usan en parte del atlas son un complemento a la identificación tradicional que se basa en caracteres morfológicos, que en conjunto permiten una más amplia caracterización de la biodiversidad.

Además, es indispensable no detenerse en documentar cuáles organismos hay dónde y cuándo, sino más bien buscar lograr un entendimiento integral que permita asociar estos patrones de distribución con procesos ecológicos como la alimentación, la interacción entre especies, la reproducción, y la depredación, así como procesos físicos como el transporte por corrientes y geoquímicos como la disponibilidad de nutrientes, para, a su vez, vincularlo con los efectos de las actividades humanas.

Sharon Z. Herzka
CICESE
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