En Morelos, la minería ahondará la crisis del agua — ecologica
Usted está aquí: Inicio / Artículos / En Morelos, la minería ahondará la crisis del agua

En Morelos, la minería ahondará la crisis del agua

Movimiento Morelense contra la Minería Tóxica por Metales

La minera Esperanza Silver de la corporación Álamos Gold, que pretende realizar explotaciones mineras de gran escala en la región sur-poniente de Morelos, busca imponerse en las comunidades, a partir de la compra de conciencias y voluntades de los ciudadanos. La pequeña parte de la ciudadanía morelense que ha aceptado la minería en su territorio, lo ha hecho por necesidad de sobrevivencia. Pero la presencia y la actuación de la minera no sería posible sin la corrupción que ha afectado permanentemente al estado y sin la apatía de gran parte de los miembros de la sociedad.

La minera representa la más rampante y salvaje expresión del capitalismo promovido en un pequeño estado, aplastado por los intereses de la clase política y la élite económica.

La empresa minera Esperanza Silver tiene concesionadas 16 mil hectáreas de tres municipios del estado de Morelos, incluyendo el sitio arqueológico de Xochicalco, de donde pretende extraer: oro, plata, arsénico, antimonio y mercurio, de acuerdo con los datos que proporcionó en 2012 en su manifestación de impacto ambiental.

La empresa y el gobierno estatal han echado a andar una verdadera maquinaria de compra de voluntades entre las comunidades aledañas a las 16 mil hectáreas concesionadas en favor de Alamos Gold. A partir del poder corruptor del dinero, la empresa ha encontrado aliados, incluso entre los vecinos de la zona. Parte de esta estrategia de convencimiento está sostenida en una muy bien estructurada campaña de medios de comunicación que da voz a la empresa minera y sus promotores, quienes promueven la idea de que la minería es la única vía para salvar a Morelos de la debacle económica, de que esta actividad posee la fórmula para erradicar la pobreza, la corrupción y el narcotráfico, incluso llegando al absurdo de que Alamos Gold utiliza tecnologías sustentables, menos dañinas y, por ende, menos peligrosas para la vida.

¡Qué manera tan vil de someter a un estado que ha resistido la conquista, la colonia, la guerra de independencia y la revolución; un estado rico en historia, cultura y tradiciones! ¡Qué trato hacia Morelos, una entidad que ha debido sobrevivir a partidos políticos, delincuencia organizada, gobiernos saqueadores y ahora a un futbolista metido a político, todos ellos impulsores de la gran minería tóxica. Pareciera que ya se ha visto todo, pero en los pasados nueve años en los que la empresa minera ha buscado ganar terreno con los gobiernos federal y estatal, reaparecen las colonias y los pueblos, herederos de la larga tradición morelense de defensa de la tierra, los pueblos que bajan de las montañas y los cerros. Surgen de las barrancas mujeres y hombres que como guerra de guerrillas salen a defender sus territorios, los pocos espacios naturales que les quedan en un estado invadido por proyectos económicos que incluyen mineras, complejos habitacionales que solo cumplen la inverosímil función de ser zonas habitadas por muy pocos y solo durante fines de semana, proyectos energéticos y en general, un aprovechamiento permisivo del patrimonio natural de los pueblos.

El problema de la minería no solo es la destrucción del medio ambiente sino también la utilización del agua: las empresas mineras utilizan 216 mil litros de agua cada hora; este uso intensivo se sumará al ocasionado por la intensa urbanización de la ciudad de Cuernavaca, que de años recientes a la fecha está sobreexplotando los mantos acuíferos en el estado.

Con la minería y su enorme capacidad de destrucción ambiental, Morelos enfrentará la debacle de sus ecosistemas, que cumplen funciones ecológicas y proveen servicios ambientales indispensables para los mismos procesos económicos y para las localidades de la entidad, dependientes de agua, alimentos y aire limpio.

La minería trastoca por completo la capacidad autorregulación de los ecosistemas, del clima y microclimas de la región, la orientación de los vientos y la capacidad de recuperación de acuíferos. El ciclo del agua se desequilibraría debido al resecamiento de la zona circundante a los polígonos de las concesiones mineras, mientras la recarga de mantos acuíferos disminuiría a causa de la deforestación y la modificación de los escurrimientos naturales. Estos cambios tendrían impactos directos en el volumen de agua del acuífero de Zacatepec, que se alimenta del agua captada en la sierra del sur-poniente de Morelos, y actualmente es el único con disponibilidad de agua en el estado.

La hidrología del estado de Morelos está en crisis, pues hay una continua disminución en la capacidad de los acuíferos, debida a una serie de malas decisiones que la minería ahondará; en los años 90 el basurero a cielo abierto de Tetlama trajo consecuencias a la salud y contaminación de los pozos de agua debido a los lixiviados; en ese mismo espacio la minera pretende colocar sus vertederos de residuos tóxicos; si los lixiviados del basurero a cielo abierto provocaron daños a la salud, los lixiviados tóxicos de la minera impactarán de manera directa cuatro municipios y aproximadamente unas 20 mil hectáreas de la zona sur del estado.

Con la minería, los riesgos de daños a la salud y de afectaciones a los ecosistemas se multiplican, avanza la deforestación, el despalme de suelo fértil, el desplazamiento de las áreas agrícolas, la sobreextracción de agua y la contaminación derivada de los procesos de producción minera. Los drenajes tóxicos o derrames que por errores humanos pueden acontecer contaminarían las lagunas de El Rodeo y de Coatetelco, cercanas a la mina, con lo que incluso se afectaría la laguna de Tequesquitengo, conocida como el mar de Morelos.

Las personas defensoras del territorio de Morelos estamos bajo continuo asedio, ejemplo de ello es el asesinato del compañero Samir Flores, opositor a la termoeléctrica de Huesca; también lo es el continuo amedrentamiento de elementos policiacos, el estigmatizarnos públicamente desde el gobierno federal al decirnos radicales o conservadores por oponernos a la imposición de megaproyectos que tanto la iniciativa privada como los gobiernos promueven.

La fortaleza de Morelos es y seguirá siendo las mujeres y los hombres que luchamos contra la imposición mezquina y “legal” de la minera. Cada vez que se presente la embestida corporativa y gubernamental de la minería, volveremos y daremos la batalla para salvar el 24 por ciento del territorio de Morelos que hoy está concesionado a las empresas mineras.

Movimiento Morelense contra
la Minería Tóxica por Metales