¿Un cafecito? Pero sustentable y pagado a precio justo... — ecologica
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¿Un cafecito? Pero sustentable y pagado a precio justo...

Estela Guevara

Damos cuenta enseguida de algunas de las comunidades y organizaciones campesinas e indígenas cuyos productos es posible adquirir en la Ciudad de México a través de la Iniciativa Comercial Obio: productos y comunidades sustentables.

Triunfo Verde

Es una organización de pequeños productores de café ubicados en la zona de amortiguamiento de la reserva de la biosfera El Triunfo, en el estado de Chiapas.

En el cultivo orgánico de café sus integrantes han encontrado una alternativa sustentable de manejo de la selva, que al mismo tiempo les ofrece formas de vida digna a sus habitantes.

La reserva de la biosfera El Triunfo abarca más de 100 mil hectáreas del ecosistema conocido como bosque de niebla y de selva húmeda. La reserva está considerada una zona de importancia mundial por la cantidad de endemismos que alberga y cuenta con dos zonas para su manejo: la zona núcleo, donde solo se permiten actividades de investigación científica, educación, conservación y recreación, y la zona de amortiguamiento, donde se permite el manejo sustentable de los recursos naturales.

Triunfo Verde agrupa a cafeticultores de 30 comunidades de seis municipios en Chiapas y su objetivo es promover la agricultura orgánica, la conservación de la biodiversidad y la recuperación de los recursos naturales. De esa manera logra brindar mejores alternativas a las y los productores de la zona a través de la venta a precio justo de sus productos.

Su café es arábiga y las variedades que manejan sus productores son varias, desde bourbon, típica, caturra y márago, entre otras.

Como parte de su labor, Triunfo Verde cuenta con un área de capacitación para sus casi 500 asociados.

Su compromiso: eliminar los agroquímicos que han representado desde hace mucho tiempo una amenaza para los territorios y los productos orgánicos.

Su objetivo es la mejora en la calidad de vida de los productores locales. De todos ellos alrededor del 30 por ciento son mujeres; para lograrlo, le han apostado a la buena calidad del café que les permite ofrecer un producto diferenciado.

Maseual Xicahualis, “Fuerza indígena”

Esta cooperativa acopia y comercializa café, miel y pimienta y forma parte de la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske, de la sierra Norte de Puebla.

Maseual Xicahualis nació en 1997, como parte de la cooperativa Tosepan. La Tosepan, como se le conoce, comenzó a organizarse para enfrentar el alza de precios de productos básicos, como el azúcar. Y por el interés de comercializar la pimienta que se produce en la región. Con la llegada de Maseual se incorporaron dos productos centrales de la región: el café y la miel de melipona.

La cooperativa trabaja con las comunidades asentadas en los municipios de Cuetzalan, Hueytamalco y Ayotoxco, de Puebla, y desde hace ocho años también con comunidades de Coyutla, Veracruz, quienes participan en el acopio de la pimienta convencional.

Alrededor del 80 por ciento de integrantes de esta cooperativa son mujeres, pues trabaja directamente con las familias. En el caso del café, la familia entera participa en el corte, el despulpe, el beneficiado y el secado.

Con la pimienta es lo mismo: se involucra a todos los miembros de la familia. En el caso de la miel, el porcentaje de mujeres que trabajan en su producción se incrementa ya que en la mayoría de los casos ellas cosechan la miel.

Sus productos incluyen café tostado y molido que se exporta a Japón y Alemania. Hace cinco años abrieron una cafetería para generar un mayor valor y poder ofrecer la taza final al consumidor. Con la miel se elaboran productos como crema, champú, jabones, cápsulas de polen y de propóleos.

También elaboran un producto bucofaríngeo que lleva miel, propóleo y una planta medicinal de la región que se utiliza como cicatrizante. Ese producto se usa para aliviar las molestias en la garganta.

Esta línea de productos elaborados a partir de la miel también se encuentra en la Tienda UNAM a través de la Iniciativa Obio: comunidades y productos sustentables.

La iguana sana

Así se llama la marca con la que el Centro Agroecológico San Francisco de Asís (CASFA), ubicado en Tapachula, Chiapas, comercializa los exquisitos productos elaborados por el pueblo mam. Todos ellos se obtienen con prácticas amigables con la biodiversidad.

El CASFA se fundó en 1991 para trabajar con el pueblo mam. A partir del año 2000 se organizó como empresa para comercializar los productos de este pueblo indígena y colocarlos en el mercado con un precio justo que fortaleciera sus economías campesinas.

Actualmente son socios del centro 800 productores de café y miel y 300 de cacao, de los cuales el 40 por ciento son mujeres. No es fácil abrir estos mercados, su principal reto es el desconocimiento de las personas sobre cuál es un buen café, un buen chocolate, una buena miel.

“Sentimos que los productos de calidad no son tan valorados, no hay conocimiento de las personas sobre lo que conlleva consumir productos de calidad de productores indígenas, de lo que conlleva poder conseguir una certificación”, afirma Eblyn Sánchez, responsable de ventas del CASFA.

Y agrega que “es de nuestra preocupación que la alimentación ha cambiado mucho, queremos que la gente sepa qué es un producto bueno y qué es un producto malo. Por ejemplo, el caso del chocolate, necesitamos saber que nuestro cacao mexicano es de gran calidad frente a lo que otras marcas nos venden”.

El centro promueve la producción de semillas nativas de cacao y café, así como de miel de los Altos del Tacaná, Huehuetán, Tuzantán y Álvaro Obregón. En paralelo, buscan la producción diversificada de las parcelas, oponiéndose totalmente a los monocultivos.

Como parte de su labor, capacitan y acompañan a las y los pequeños productores para transitar hacia una agricultura orgánica libre de agroquímicos.

Otra parte de su labor es promover el consumo de productos saludables entre los consumidores. De esta forma producen granos de café (arábiga y robusta), chocolate (en barra y untable) y miel (cristalizada o líquida) bajo la marca denominada La Iguana Sana.

Eblyn indica que “nuestra motivación es, por un lado, ofrecer productos de calidad, orgánicos, de semillas seleccionadas y buenos para la salud y, por el otro lado, apoyar la economía de familias campesinas y la biodiversidad de sus parcelas sin requerir de intermediarios”.

Los productos de La Iguana Sana están certificados en producción orgánica por Senasica y Mayacert y en comercio justo por Fair Trade.

Más información en: https://casfasa.com/

Café Sierra Verde

La Cooperativa de Productores de Café de la Sierra Madre de Chiapas (Cesmach) nace en 1993, en respuesta a los precios bajos impuestos por los intermediarios de café, conocidos como coyotes: “La cosecha se entregaba directamente al coyote y el pago era mínimo; los coyotes se quedaban con la ganancia”, cuenta Néstor Hernández, originario de la comunidad Puerto Rico en Chiapas, socio y representante legal de la organización Sierra Verde Chiapas.

Por esa razón, productoras y productores se organizaron con el apoyo de las comunidades que viven en la reserva de El Triunfo.

“Tenemos mucho contacto con la gente de la reserva, ya que estamos en la zona de amortiguamiento. Nadie puede ingresar a la reserva sin que nosotros sepamos; nosotros controlamos y cuidamos la entrada a la misma y por eso no hay incendios ni talamontes”, explica Néstor.

Gracias a la organización comunitaria, decidieron llevar a cabo actividades de conservación en los cafetales. Entre ellas, la instalación de barreras vivas y uso de abonos orgánicos. Posteriormente, comenzaron a producir solamente café orgánico para comercializarlo a través de la cooperativa.

“Originalmente éramos tres comunidades con alrededor de 70 socios, por eso nuestro logotipo tiene tres cerros, ahora somos 43”, comenta Néstor.

A tres años de la creación de la Cesmach, consiguieron la certificación internacional de café orgánico. Entonces empezaron a obtener mejores precios por sus productos y a crecer; el número de integrantes se incrementó a 120, y hoy ya tienen 490 socios y socias.

Comenzaron a exportar a Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Francia y Alemania. Más tarde, vieron la necesidad de agregar valor a su producto comercializándolo tostado y molido, con lo que se incrementaron sus ganancias.

Por esta razón crearon otra organización hermana llamada Sierra Verde, bajo la cual comercializan en México el café ya listo para tomarse.

El 20 por ciento de quienes integran la cooperativa son mujeres; como parte de sus políticas de equidad de género, comercializan su café de forma diferenciada y a las mujeres se les paga más que al resto. “Es un café producido por puras mujeres, y les damos prioridad a ellas para que cuenten con más recursos”, explica Néstor.

La cooperativa no solo beneficia a las y los productores de café de la región, sino que también proporciona numerosos empleos a personas que llegan de comunidades aledañas y también desde Guatemala.

En términos ambientales, la labor que realizan las comunidades es vital para seguir protegiendo y manteniendo la funcionalidad del ecosistema de esta región, que alberga al quetzal y a muchísimas especies más.

Café Mam

La Sociedad de Solidaridad Social Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla San Isidro Labrador (Ismam) ha logrado buenos precios para su café. Y debido a su cuidadoso proceso de producción, obtuvo la certificación como orgánico y de comercio justo. Actualmente agrupa a 630 productores y productoras en 19 municipios de Chiapas.

Ismam nació en 1985 como iniciativa de la diócesis de Tapachula, con el fin de fortalecer la economía familiar de los pueblos mam, tzeltal, tzotzil, tojolabal y mocho de Chiapas.

César López, presidente de Ismam, recuerda que la organización surgió para brindar alternativas a las y los productores frente al coyotaje que acaparaba el comercio del café producido por cientos de familias indígenas de la sierra de Chiapas.

Consolidar esta cooperativa no ha sido fácil; desde sus inicios se enfrentó con la falta de financiamiento, con tierras acostumbradas a los agroquímicos y con el escepticismo generalizado.

Sin embargo, 37 años después, Ismam da trabajo a 12 empleados permanentes y cuenta con diversas áreas que le permiten funcionar eficientemente. Dispone de técnicos que acompañan a las y los productores en la transición de sus parcelas para pasar de una agricultura dependiente de químicos a una orgánica. “Si nuestro objetivo es cuidar la Madre Tierra, ¿cómo vamos a usar agroquímicos?”

Y añade don César que “uno de los principales retos que afrontamos fue concientizar a nuestra gente, teníamos una meta y una visión que compartimos”.

Un requisito para pertenecer a la cooperativa es aceptar verificaciones durante tres años consecutivos para asegurar que las parcelas estén libres de agroquímicos. Esto con el fin de exportar el café a países como Australia, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros.

La alianza con Iniciativa Obio es una oportunidad para profesionalizar la marca de café que venden en México: han diseñado etiquetas especiales para posicionar su marca de café orgánico molido empaquetado en bolsas de yute.

Estas ventas les permiten continuar con las prácticas agroecológicas en una amplia región de Chiapas y fortalecer las economías campesinas de cientos de familias indígenas.

Cooperativa Tzeltal Tzotzil

En el año 2020, a pesar de la emergencia sanitaria, la Cooperativa Tzeltal Tzotzil lanzó al mercado su café tostado y molido bajo la marca Kotantik, un café orgánico, responsable con el medio ambiente, de alta calidad y de origen campesino e indígena.

También su miel es reconocida internacionalmente por su calidad, sabor y diversidad. Aunque en México el 90 por ciento de este producto se obtiene en la península de Yucatán, en Chiapas los apicultores indígenas también producen una excelente miel.

La Cooperativa Tzeltal Tzotzil es un gran referente de este producto en Chiapas, pues desde la década de los años 80 del siglo pasado comenzó a acopiar miel de sus socios: pequeños productores indígenas que, aunque no contaban con una certificación formal de orgánico, siempre han empleado prácticas sostenibles sin uso de agroquímicos.

Actualmente, esta cooperativa está integrada por 311 socios productores de miel y café que exportan su producción a Alemania, Italia, Suiza, Países Bajos, Estados unidos y Canadá. Su gran aceptación en estos mercados tan exigentes tiene que ver con su calidad y con la confianza en su trabajo.

Los socios y socias de esta cooperativa provienen de 27 comunidades indígenas, distribuidas en cinco municipios de la región de Los Altos de Chiapas: Chenalhó, Pantelhó, Sitalá, Tenejapa y San Juan Cancuc.

Desde sus inicios, la cooperativa tenía claro que su miel debería ser de la mejor calidad y por ello fueron pioneros en trabajar con esquemas de certificación. Igualmente son pieza clave en la creación del organismo de certificación, Certimex, que da certeza de que la producción es orgánica, sin contaminación.

Unión San Fernando

El cultivo de café ha permitido a muchas familias rurales sacar a sus hijos e hijas adelante, contar con los medios para educarse y tener un mejor nivel de vida.

Además, contribuye a la conservación de los bosques y la provisión de servicios ambientales. Sin embargo, en la cadena productiva del aromático los menos favorecidos son los productores.

Los mayores márgenes de ganancia se quedan en intermediarios comerciales y vendedores finales.

La Unión de Ejidos y Comunidades San Fernando, en Chiapas, reúne a más de mil 300 familias de pequeños productores de café de 10 municipios del estado: Ocozocoautla, Villa Corzo, La Concordia, Siltepec, Ángel Albino Corzo, Bella Vista, Chicomuselo, Montecristo, Amatenango y Tuxtla Gutiérrez.

Desde hace más de 30 años ha trabajado de forma organizada para mejorar los ingresos de los pequeños productores evitando el intermediarismo. Y, conforme se ha consolidado la unión, ha avanzado en la conversión de su producción de convencional a orgánica. Ello le ha significado encontrar mercados de especialidad que pagan mejor el café.

Silvia Herrera, gerente comercial de la Unión de Ejidos y Comunidades San Fernando, explica que desde 1990 la organización comenzó con el proceso de certificación de su café y desde entonces han mantenido esta distinción vigente. “Producir de manera orgánica no solo significa no emplear químicos en las parcelas, sino que se llevan a cabo prácticas de conservación de medio ambiente”.

Silvia agrega que “los productores saben que para poder producir un café de calidad es necesario que el ecosistema esté sano y que si no cuidamos el medio ambiente nuestras tierras se van a degradar y en algún momento lo vamos a pagar.”

En esta Unión de Ejidos y Comunidades hay productores muy diversos pertenecientes a 53 comunidades distintas. Muchos de ellos indígenas que, gracias al acompañamiento técnico, han podido mejorar su productividad y la calidad de su café.

Hay café mexicano de muy buena calidad que se vende al mismo precio que un importado. Una política de promoción del consumo de la cosecha nacional ayudaría mucho a los productores mexicanos.

La gerente comercial de la Unión de Ejidos y Comunidades explica que “nuestro café se vende bajo la marca Biocafé (tostado y molido) y Biocafé Gourmet, variedad de alta especialidad para paladares más exigentes. Además, tenemos una presentación de café soluble.”

Unión Majomut

Hace 37 años nació esta organización de pequeños productores de café de Chiapas que se ha destacado por la calidad de su producto. Hoy enfrentan la pandemia, el cambio climático y hasta los precios internacionales del grano.

Y su mensaje es claro: es momento de que todos los habitantes de México consumamos al menos un kilo de café de calidad al año de pequeños productores.

El sector cafetalero es el que más cuida el medio ambiente y es fundamental para que las familias campesinas tengan ingresos.

La palabra majomut en las lenguas tzotzil y tzeltal significa golpeteo o aleteo de pájaros. La Unión Majomut nació el 9 de marzo de 1983, con el objetivo de brindar mayores ingresos a las y los productores mediante la transformación y comercialización de su café.

Es una organización indígena de las etnias tzotzil y tzeltal que aglutina a 949 productores y productoras de 35 comunidades de cinco municipios del estado de Chiapas: Chenalhó, Cancuc, Tenejapa, Pantelhó y Oxchuc.

Cuando la organización cumplió sus 30 años de vida se planteó la necesidad de no solo producir para la exportación, sino también de ampliar la comercialización de café orgánico al mercado nacional.

“Queremos expandir nuestras ventas a nivel nacional, que nos conozcan más los consumidores en el mercado mexicano”, explica José Fernando Rodríguez López, coordinador de la Unión Majomut.

Y agrega que “la Tienda UNAM ya nos ha abierto la puerta y es un canal importante que nos permite darnos a conocer, que se conozca a nuestra organización, nuestra forma de producción, que sepan que los productores de café orgánico estamos cuidando el medio ambiente, la calidad de nuestro café y conozcan todo lo que hay alrededor de una buena taza de café”.

Como otra forma de entrar al mercado nacional, señala José Fernando, “hemos creado un consorcio llamado Caravana a través del cual se vende el café de la Unión Majomut en la Ciudad de México a través de carritos expendedores”.

“Lo importante es crear empleos, dar a conocer un café nacional de calidad, generar ingresos y mantener el autoempleo de los productores y productoras de la Unión Majomut”.

UCIRI

La Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) es la organización cafetalera más antigua de Oaxaca. Tiene más de 2 mil 600 socios y socias, provenientes de 56 comunidades zapotecas y mixtecas, chontales del sur, chatinos de la costa y mixes.

Nació en 1982, ante la necesidad de mejorar las economías de los hogares campesinos a través de la búsqueda de condiciones de producción y venta del café más justos y sostenibles. Las mujeres socias representan alrededor del 50 por ciento de todos los productores.

Hace décadas ya que la UCIRI logró la certificación de los productos de sus socias y socias en Certimex y Flo-Cert, este último organismo asociado a Fair Trade Internacional.

La UCIRI ha trabajado durante años para beneficiar a sus socias y socios productores en la búsqueda de mejores mercados y precios justos. Igualmente en la capacitación y asesoría técnica que requieren para una producción orgánica y apegada a los principios del comercio justo.

Hoy, además, esta organización pide el apoyo urgente del gobierno y la sociedad para continuar produciendo de forma orgánica y justa; apela a crear un mercado nacional que reconozca la calidad y la enorme labor presentes en el café orgánico que elaboran.

Más información en: https://www.uciri.com/

Prodyser

Como parte del movimiento orgánico y de comercio justo surgió hace cuatro décadas en Oaxaca y en Chiapas, la Coordinadora de Pequeños Productores de Café en Chiapas AC (Cop Café), que agrupa a alrededor de 25 cooperativas. Cada una cuenta entre 100 y mil productores. Está hermanada con organizaciones de Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla. Con ellas conformaron la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras.

Asimismo, en 1998 se crea la asociación civil Café Museo Café, ubicada en San Cristóbal de las Casas. Es un museo comunitario que cuenta la historia, trabajo e iniciativas de los pequeños productores y productoras del grano en México.

En 2014 se conforma Café Productos y Servicios Sustentables SA de CV (Prodyser), integrada por 19 cooperativas. Se trata del brazo comercial de las iniciativas que había impulsado la Cop Café. Inició tareas con la ejecución de un proyecto financiado por el Banco Mundial y por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). El proyecto se centra en la producción local y las prácticas amigables con la biodiversidad.

Prodyser es el espacio desde el cual se comercializan los distintos tipos de café que producen las familias campesinas organizadas y desde el cual se impulsan nuevos proyectos. Entre ellos, la búsqueda de la certificación de Certimex, que reconoce la sustentabilidad de sus prácticas de producción.

Al menos el 90 por ciento de productores y productoras agrupados en Prodyser tienen la certificación orgánica y de comercio justo Fair Trade. Hoy Prodyser agrupa a 7 mil 300 productores, de los cuales mil 800 son mujeres.

Estela Guevara
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