¿Han servido para algo estas reuniones contra el cambio climático? — ecologica
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¿Han servido para algo estas reuniones contra el cambio climático?

El mundo lleva 27 años buscando y aprobando acuerdos en materia del clima. En estos grandes encuentros se adoptaron dos que permitieron definir el rumbo que tenía que tomar la lucha contra el cambio climático: el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París.

El Protocolo de Kyoto

Data de 1997, cuando en Japón se acordó exigir que 37 naciones industrializadas y toda la Comunidad Europea, redujeran sus emisiones de gases de efecto invernadero y pedir a las naciones en desarrollo que cumplieran de manera voluntaria.

191 estados lo ratificaron, pero entre ellos no está Estados Unidos, que lo abandonó en 2001. Ese protocolo tampoco exigía una reducción a China que, con Estados Unidos, conforma la dupla de mayores emisores, por ser una nación en desarrollo.

El Acuerdo de París

Es el más sonado y se logró en París en 2015, en el que los países se comprometieron a mantener el aumento de las temperaturas por debajo de los 2 grados Celsius en comparación con los niveles preindustriales. Y, preferentemente, mantenerlo en 1.5 ºC. Por encima de este umbral, según la ciencia, las consecuencias pueden ser catastróficas.

Estados Unidos abandonó el acuerdo durante la administración de Donald Trump, pero volvió con el presidente Joe Biden.

Pero no estamos en camino de cumplir ese compromiso: un estudio publicado por la ONU antes de la COP27 afirma que el mundo se dirige hacia un calentamiento de entre 2.1 y 2.9 grados Celsius para fines de siglo con base en los compromisos actuales, muy por encima del umbral de 1.5. El mundo ya se ha calentado 1.2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, según ese análisis.

La COP 26 estuvo repleta de promesas. ¿Se han cumplido?

El World Resources Institute ha hecho un seguimiento a las promesas de la COP26 celebrada en Glasgow el año pasado. Éste era su balance sobre algunas de ellas.

Compromisos de reducción de emisiones

Los países acordaron fortalecer sus objetivos de reducción de emisiones, que se encuentran en las llamadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, para alinearlos con el Acuerdo de París. Desde la COP26, solo 24 de los 194 países que forman parte de acuerdo presentaron ajustes.

Entre quienes no lo hicieron hasta ahora están China y Estados Unidos (aunque la ley de reducción de la inflación aprobada recientemente asigna fondos considerables para el desarrollo de las energías limpias y ayudaría a alinear los objetivos con el acuerdo de París)

Transición hacia las energías limpias y eliminación de las subvenciones a los combustibles fósiles

El texto aprobado en la COP26 hacía hincapié en la necesidad de eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles, reducir progresivamente el uso del carbón y aumentar el uso de energías limpias.

En 2021 las instalaciones para la producción de energías renovables alcanzaron nuevos máximos y se espera que siga el aumento este 2022.

Al mismo tiempo, dice el WRI, “la invasión de Ucrania por parte de Rusia hizo que algunos países se centren más en apuntalar el suministro de energía de origen fósil al enfrentarse a una escasez de energía a corto plazo y al aumento de los costos”. Países europeos han reabierto o ampliado centrales de carbón, aunque afirman que es temporal.

China, por su parte, es líder en instalaciones de energía limpia pero al mismo tiempo aprobó nuevas minas de carbón.

¿Y los subsidios? Un informe de la OCDE mostró que los apoyos a los combustibles fósiles casi se duplicaron en 2021 y se estima que crezcan más.

Financiamiento

Los países ricos se comprometieron en 2009 a poner 100 mil millones de dólares americanos por año para apoyar la acción de los países en desarrollo frente a la crisis climática. En la COP26 aumentaron la promesa de cara a 2025.

Pero según un informe publicado por la OCDE en julio pasado, en 2020 no cumplieron con su promesa: se quedaron 17 mil millones de dólares abajo.

Cero neto, metano y otras promesas

Para el final del encuentro de Glasgow, 74 países se habían comprometido a alcanzar el cero neto de emisiones para mediados de siglo. Desde entonces se sumaron siete más. Ahora todos los países del G20, menos México, han fijado este objetivo. El desafío está en que se empiecen a tomar medidas concretas para alcanzarlo, algo que en lo que países como la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá están avanzando.

El metano –un gas inodoro con un potencial de calentamiento 86 veces superior al del dióxido de carbono en el corto plazo– también estuvo en el centro de las discusiones el año pasado, y 103 países firmaron un compromiso para lograr una reducción del 30 por ciento en comparación a 2020 para 2030.

Cerca de 20 países se sumaron al compromiso, con lo que ahora los participantes representan más de la mitad de las emisiones mundiales.

En junio de este año, en el Foro de las Grandes Economías, Estados Unidos y la Unión Europea, lanzaron una iniciativa para avanzar en la reducción de las emisiones según lo comprometido.

Un punto muy ríspido en cuanto al metano es la colaboración entre China y Estados Unidos. En la COP26, los países firmaron una declaración para mejorar el control de dichas emisiones, pero este año las tensiones subieron por cuestiones como la política en torno a Taiwán y China suspendió la cooperación climática.

El ojo puesto en el dinero en la COP27

Entre las discusiones en Egipto, el dinero ocupará un espacio central. Y es que los países pobres, que son los que menos gases de efecto invernadero emiten, son los más afectados por el cambio climático y no cuentan con los recursos para hacerle frente.