Olas de calor, sequías, inundaciones y hambre
Iván Restrepo
Este mes transcurre lleno de noticias nada alentadoras sobre lo que sucede con el medio ambiente planetario.
Por un lado, nuevos informes mencionan que seguimos rumbo a una gran catástrofe por el aumento de las temperaturas. Y esto, debido a que no se controlan los causantes del calentamiento global. Uno de ellos, el uso de hidrocarburos.
La organización Amnistía Internacional refiere algunos de los problemas que causarán. Por su parte, los organismos internacionales y destacados especialistas se refieren a la sequía y el hambre que ocasiona, especialmente en África.
Agreguemos la presencia este año del fenómeno de El Niño y sus efectos devastadores en muchas partes, con altas temperaturas, lluvias torrenciales, inundaciones, pérdida de cosechas.
En México, uno de los países más vulnerables al cambio climático, los problemas que origina están presentes desde hace años. Los ejemplos abundan, pero para referirnos solamente a lo que ha ocurrido el mes de junio, mencionemos algunos que se destacaron.
La crisis del agua en Baja California Sur, con especial impacto en las ciudades de La Paz y Los Cabos, ésta última, polo turístico de lujo. El manto freático de toda la entidad, así como su vecina al norte, y los estados de Sonora, Sinaloa, Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas también padecen escasez de líquido para surtir las necesidades humanas y las actividades económicas.
La cuenca del valle de México, en la que se asienta la capital del país y su cada vez más extensa y poblada área metropolitana, almacena cada año menos agua. El sistema Cutzamala está en niveles críticos, como nunca antes. Aumenta la población, pero no la dotación de agua por habitante. Y en lo que sucede, las autoridades y la población tienen responsabilidad. Las primeras, por malas políticas hidráulicas. Por ejemplo, no captar toda el agua de lluvia para alimentar el manto freático, sobreexplotado al máximo. No contar con sistemas de tratamiento y el mayor reutilización posible de las aguas negras. Luego, que casi una tercera parte del líquido inyectado a la red se desperdicia por fugas y obsolescencia del sistema de conducción.
Y en cuanto a la población, por derroche entre quienes desperdician el agua que reciben en abundancia. Y por no exigir a sus representantes en el Poder Legislativo y a quienes desempeñan altos cargos en la administración pública federal, estatal y municipal, cumplir con la Constitución, que exige se garantice a la población agua limpia y en cantidades adecuadas.
Este número de La Jornada Ecológica es, por enésima ocasión, una muestra de los problemas que enfrenta el mundo y México en el campo ambiental. Todos están lejos de resolverse. Y sus principales causantes, los países más industrializados, el gran capital internacional, las corporaciones que dominan el mercado de hidrocarburos, ciegos a la realidad que tarde que temprano también los afectará.
Iván Restrepo
Director de La Jornada Ecológica