Las consecuencias del tifón Doksuri causaron fuertes daños a China. Las autoridades confirmaron la muerte de al menos 21 personas tras las fuertes lluvias e inundaciones que dejó el tifón. Además, la televisión estatal reportó el derrumbe de un puente de autopista sobre el río Mayi en la provincia de Heilongjiang, al noreste del país.

La infraestructura cayó cuando se estaban llevando a cabo operaciones de rescate y parte de la autopista estaba cerrada. El nivel de las aguas del río superó en 50 centímetros los niveles de seguridad y sigue vigente el riesgo de inundaciones.

China enfrentó las consecuencias de unas de las peores inundaciones jamás registradas en el país. En la zona de Beijing, se confirmó la muerte de una socorrista, una mujer de 47 años que cayó al agua en el municipio de Fozizhuang.

Beijing registró las mayores precipitaciones en al menos 140 años. Los niveles de agua que cayeron en unos días fueron los que caen normalmente en un año entero. Más de 1.2 millones de personas fueron puestas a salvo en Hebei, la ampliamente poblada provincia que incluye Beijing.

Una de las zonas más afectadas fue Zhuozhou, al suroeste de la capital, donde unos mil socorristas fueron desplegados y donde se evacuó a más de 125 mil residentes, lo que equivale a una sexta parte de su población, según medios estatales.

Beijing mantuvo la alerta por corrimientos de tierras a las afueras de la urbe. En Hebei, las aguas podrían tardar un mes en retirarse. Además, las precipitaciones en el noreste de la nación fueron hasta un 50 por ciento superiores a lo normal, como advirtió el pronosticador nacional de China.

Operaciones de rescate complicadas

En el municipio de Matou, en la zona de Zhuozhou, las carreteras se convirtieron en ríos. No hubo suministro de electricidad o agua potable, ni señal de telefonía durante varios días.

Los socorristas recorrieron las calles de Matou en embarcaciones y ayudaron a descolgar a los residentes atrapados. Algunos incluso fueron socorridos por grandes carretillas elevadoras.

Varios lugares de Zhuozhou quedaron seis metros bajo el agua y algunos residentes se alarmaron ante las dificultades de rescate y de las operaciones para mitigar las inundaciones.

Las autoridades chinas anunciaron ayuda adicional de más de 30 millones de dólares para reparar las carreteras parcialmente destruidas por las lluvias. El Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Transporte emitieron estos fondos para responder a los problemas de infraestructuras que llevaron los expertos a activar la respuesta de emergencia de nivel dos, la segunda más elevada en el país.

Por otra parte, el Ministerio de Agricultura anuncio que destinará 60 millones de dólares para apoyar a los agricultores afectados por el fuerte temporal en varias provincias, incluida Hebei.

Distintos gigantes tecnológicos chinos como Alibaba, Tencent o ByteDance también participaron en las donaciones, anunciando la entrega de cientos de millones de yuanes.

Lluvias tras el mes más caluroso en Japón

La asolada región de Asia-Pacífico se encuentra expectante ante el recrudecimiento progresivo de las consecuencias de los de fenómenos meteorológicos, que podrían verse agravados con el avance del cambio climático.

En pleno corazón de la temporada de tifones que anuncia la llegada de inundaciones e intensas lluvias, resulta inverosímil que a finales de julio las autoridades de Japón emitieran alertas y recomendaciones por la severidad de las altas temperaturas, propias de la ola de calor que atraviesa gran parte del planeta. Unas condiciones que han sido mayormente atribuidas al fenómeno meteorológico de El Niño. El país asiático cerró julio como el mes más caluroso registrado desde 1898. En promedio, la temperatura superó en un 1,91 grados la temperatura habitual del archipiélago en los meses de julio previos. De hecho, para algunas zonas del país el aumento llegó hasta los 3 grados cuando los termómetros marcaban los 37,3 grados.

En la región se vieron afectados también países como Corea del Sur, que registró casi dos decenas de fallecimientos, de los que gran parte eran adultos de edad avanzada que realizaban actividades físicas al aire libre o tareas de agricultura a la intemperie.

 

Los tifones causan muerte y destrucción

Después del Doksuri, llegó Khanun, un nuevo tifón grande y muy fuerte, que causó vientos destructivos y lluvias torrenciales en la isla japonesa de Okinawa, informó la Organización Meteorológica Mundial.

Aunque no tocó tierra en China, hubo mareas de tormenta que golpearon las zonas costeras de la provincia oriental china de Zhejiang. Casi 200 mil personas fueron evacuadas.

Por otra parte, más de cuarenta personas murieron en Corea el pasado julio, cuando las lluvias torrenciales y las inundaciones repentinas azotaron ese país.

En el norte de la India, las precipitaciones monzónicas extremas han resultado en decenas de muertes y han derrumbado puentes, arrastrado casas e inundado grandes extensiones. De acuerdo con los informes, Nueva Delhi marcó su día de julio más lluvioso en 40 años, con 153 milímetros de lluvia cayendo en un día.

Las lluvias serán cada vez más intensas

El director de Hidrología, Agua y Criosfera de la OMM, Stefan Uhlenbrook, advirtió que a medida que el planeta se sigue calentando “la expectativa es que veremos lluvias cada vez más intensas, más frecuentes y severas, lo que acarreará inundaciones más graves”.

La agencia de la ONU indicó que Asia es especialmente vulnerable a los peligros relacionados con el agua. El año pasado se produjeron 81 siniestros en la región, de los cuales el 83 por ciento fueron inundaciones y tormentas que resultaron en más de 5 mil muertes y afectaron directamente a más de 50 millones de personas, dejando 36 mil millones de dólares en daños.