Las autoridades de esa región pidieron a los alpinistas que abordan el Mont Blanc a retrasar la escalada de la cumbre de la montaña más alta de Europa occidental debido a la grave ola de calor que afecta no solamente a Francia sino al resto de Europa.

Las altas temperaturas con más de 40 oC registradas en zonas del sur del país, también se sienten en las altas cumbres de los Alpes, creando condiciones peligrosas para los escaladores.

Desprendimientos y nuevas grietas por el calor

Las autoridades de la región de Alta Saboya, que incluye el lado francés del Mont Blanc, dijeron que había riesgos mayores de lo habitual de desprendimientos de rocas en las rutas regulares hacia la montaña, así como de que se abrieran nuevas grietas en sus glaciares.

En un comunicado, “apelaron al sentido de responsabilidad y juicio de todos y los instaron, cuando sea posible, a retrasar la toma de la ruta normal hacia el Mont Blanc”.

Las autoridades meteorológicas suizas dijeron que se había establecido un nuevo récord para la altura a la que la temperatura desciende por debajo de los 0 oC.

Dicha línea se ubicó en agosto a una altitud de 5 mil 298 metros, “lo que constituye un récord desde que se inició el seguimiento en 1954”, informó MétéoSwiss.

Cierran refugios a alpinistas

En julio pasado, durante una ola de calor muy severa, las siete rutas que conducen a la cumbre del Mont Blanc a 4 mil 807 metros, se habían deteriorado hasta tal punto que solo los escaladores más experimentados pudieron realizar el ascenso.

Las autoridades francesas decidieron cerrar dos populares refugios de montaña utilizados por los escaladores del Mont Blanc debido al riesgo de desprendimientos de rocas. En condiciones normales de verano, entre 100 y 120 escaladores alcanzan la cima cada día.

Pero además, Francia ha batido récords de máximas temperaturas para un final de verano por culpa de la inaudita ola de calor que ha traído aire del desierto del Sáhara y que se extendió prácticamente por todo el país durante la primera semana de septiembre.

Figuran entre las localidades que batieron récords la idílica ciudad de Annecy, cerca de la frontera suiza, que alcanzó los 31.6 0 oC; Saint-Brieuc, en plena región de Bretaña (noroeste), 31.3; y Chateau-Chinon, en la región central Bourgogne-Franche-Comté, 33.7.

También las mínimas fueron muy elevadas, equivalentes a noches tropicales. En Lyon, una de las principales ciudades del país, su aeropuerto internacional Saint-Exupery no bajó de los 22.3 grados por la noche. Los turistas buscaron como pudieron el cobijo de las fuentes y las sombras. Además, las autoridades cerraron al público varios bosques y cadenas montañosas del sureste por el riesgo de incendio.

Las temperaturas medias para el inicio de septiembre fueron especialmente elevadas en París, con un mercurio más allá de los 35-38 grados en la calle durante más de cinco días, lo que disparó las acumulaciones de ozono en el aire superiores al techo de 180 μg/m³.

Este verano meteorológico ha sido el cuarto más caluroso desde comienzos del siglo XX, solo por detrás de 2003, 2018 y 2022. Cuatro provincias estuvieron en alerta roja y otro medio centenar en alerta naranja por las altas temperaturas. Se alcanzaron los 42 grados en el valle del Ródano, batiendo récords locales.

La configuración meteorológica actual está creando una “cúpula de calor”, “con altas presiones que bloquean el calor”, explica Météo-France. “El segundo ingrediente es el calentamiento global, que aumenta la probabilidad de tener altas temperaturas a estas alturas del año”.

En los Alpes suizos se batió otro récord: fue necesario subir a 5.298 metros para medir el límite de cero grados (o isoterma), según MétéoSuisse, mientras que gran parte del país también estuvo en alerta por ola de calor.