El paso del huracán Janet por Chetumal en 1955 pervive en la memoria
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Con vientos máximos de hasta 280 km/h, Janet se clasificó como el primer huracán registrado en alcanzar la categoría 5.
El poder del huracán
Se originó en las Antillas menores, desde donde se movió en dirección oeste. A medida que avanzaba, su intensidad crecía, lo que hizo que llegara a Chetumal con una intensidad máxima de categoría 5 y vientos de 280 km/h.
Con su llegada a la península de Yucatán, el huracán Janet se convirtió en el primer caso en el que una tormenta de categoría 5 de intensidad en el Atlántico llegase a tierra. Previamente, las tormentas de esta categoría solo llegaban a islas.
Del mismo modo, la presión atmosférica del huracán, al llegar a Chetumal, fue la segunda más baja registrada en tierra, solo después de la del huracán del Día del Trabajo en 1935. La conclusión que podemos obtener es que todos estos “récords” hacen de este huracán uno de los más destructivos que pudo haber.
La trayectoria de Janet
Podemos mencionar como antecedente el aviso que dieron las aerolíneas Air France e Iberia, las cuales informaron de una perturbación tropical muy débil en las Antillas menores, zona este, el 21 de septiembre de 1955. Aunque al principio creyeron que era algo menor, pocas horas después dicha perturbación adquirió la suficiente intensidad para ser clasificada como tormenta tropical, la décima en lo que iba del año.
Janet se intensificó con más rapidez de lo que se creía y empezó a moverse al oeste. El 22 de septiembre, su intensidad era todavía mayor y seguía moviéndose en dirección a las islas de Barlovento. A las 12:00 UTC del mismo día, ya tenía categoría 3 en intensidad con vientos de 190 km/h.
A las 17:00 horas, el ojo del huracán Janet atravesó el sur de Barbados, pero con categoría 1. Para la mañana del 23 de septiembre, Janet ingresa a una zona al este del mar Caribe, donde se desorganiza y sus vientos se debilitan, llegando a 140 km/h. No obstante, el huracán empezó nuevamente a intensificarse y recuperó sus fuerzas para las 12:00 UTC del 24 de septiembre, de modo que al día siguiente alcanzó intensidad categoría 4.
Janet seguía avanzando hacia el oeste a través del Caribe. Conforme se acercaba a la península de Yucatán, su velocidad incrementaba. Ya para el 26 de septiembre sus vientos alcanzaban los 185 km/h y colocarle la categoría 5 en intensidad ya era inevitable. Para el 27 de septiembre sus vientos alcanzaron los 282 km/h. Al pasar por las islas Swan ya había alcanzado su máxima intensidad, poco antes de llegar a tierra al sur de Quintana Roo, a Chetumal.
Janet llegó a Chetumal con una presión de 914 mbar la segunda más baja registrada en tierra en ese momento y velocidades en sus vientos de 282 km/h. Al salir de Chetumal, su intensidad decayó bastante y pasó a ser un huracán de categoría 2 con vientos a 169 km/h.
Para el 28 de septiembre su intensidad aumentó ligeramente al llegar a la bahía de Campeche. Sin embargo, al llegar tierra adentro se desorganizó y, por lo tanto, para el 29 de septiembre la Oficina Meteorológica dio el último aviso sobre Janet.
El paso devastador de Janet por Chetumal
Luego de pasar las islas Swan, Janet llegó a la península de Yucatán y a Chetumal. En ese momento sus vientos alcanzaban los 282 km/h.
Las carreteras y cultivos se vieron perjudicados, así como el puerto y las viviendas aledañas. Chetumal en particular quedó totalmente destruida, pues solo cuatro edificios se mantuvieron en pie. Se calcula que el 97 por ciento de las edificaciones quedaron destrozadas.
Las muertes son inciertas, debido a que solo se recuperaron 120 cuerpos. 10 mil personas perdieron sus viviendas y quedaron en condición de calle. Se estima una pérdida de 40 millones de dólares en Quintana Roo (incluyendo Chetumal y Xcalak, el cual quedó completamente destruido) y al menos 500 muertes. La fuerza de Janet provocó una marejada ciclónica que arrastró el agua de la bahía casi 400 metros tierra adentro y con profundidades de 2 hasta 3 metros.
Luego de que Janet pasó por Chetumal, poco a poco comenzó a descender el nivel del agua y dejó ver todo el daño que había provocado aquella noche del 27 de septiembre. Sin alimento, agua, ropa, medicinas, muchas personas caminaban entre las ruinas buscando cuerpos para identificarlos.
El primer intento por comunicar al país con Chetumal fue hecho por un Cessna que había salido desde Mérida con cinco personas a bordo. Por desgracia, colisionaron trágicamente en la selva. Por lo que el primer informe acerca de Chetumal luego del paso de Janet fue hecho por la embarcación de nombre Caribe, que dio a conocer que la mayoría de casas había sido arrasada y de la gran cantidad de víctimas que cobró el huracán.
Luego de esta devastación, el gobierno inició un programa de reconstrucción. Del mismo modo se declaró estado de emergencia, se recuperaron las líneas de comunicación y se empezaron a distribuir alimentos. La Armada de los Estados Unidos envió un avión de socorro a Chetumal para entregar víveres y suministros. También se implementó el transporte de refugiados y la reconstrucción de las casas se hizo evitando el uso de material frágil para darle mayor seguridad a los habitantes.
Chetumal después del huracán Janet
Luego del paso del huracán Janet, en Chetumal se impulsó el proceso de reconstrucción. Felizmente, la capital de Quintana Roo contó con la ayuda humanitaria de Estados Unidos, lo que sirvió para dar pronta asistencia a las principales víctimas de este desastre.
Lo cierto es que este acontecimiento todavía queda en la memoria de los sobrevivientes, quienes recuerdan la tragedia como si hubiese sucedido ayer. Entre ellos, Ignacio Herrera Muñoz, sobreviviente al huracán cuando apenas tenía 19 años. Junto con él, otras personas se han encargado de mantener viva este suceso, así como los acontecimientos insólitos que lo rodean. Y es que para la mañana del 28 de septiembre la ciudad entera era solo un conjunto de tablas de madera y láminas esparcidas.
Monumento al Renacimiento en Chetumal
La ciudad de Chetumal recibe a los visitantes con el llamado monumento al Renacimiento. Se trata de una escultura que sirve para recordar el terrible paso del huracán Janet y está ubicada cerca del boulevard de la ciudad.
Este monumento está compuesto por la escultura de una mujer de ocho metros que, entre sus manos, sostiene a un bebé, el cuál representa a Chetumal renaciendo de entre las aguas. Además, se puede apreciar en el monumento una casa, conocida popularmente como “la casa voladora”, la que fue arrastrada por el huracán por más de 300 metros.
Asímismo se aprecian personas buscando entre los escombros, forma de representar la fortaleza de los pobladores para encontrar a aquellos que no sobrevivieron a esta tragedia. El impacto de Janet ha sido tal que algunos locales de antaño todavía siguen usando expresiones como “antes de Janet” y “después de Janet”.
Casos insólitos del huracán Janet
A continuación, mencionaremos algunos casos insólitos que dejó el paso de Janet por Chetumal y que aún perduran en la memoria de sus habitantes.
El cazahuracanes que se tragó Janet
Janet devoró literalmente a un avión cazahuracanes con 11 personas a bordo, entre quienes estaban dos periodistas. Los rastros de la nave y sus ocupantes nunca fueron encontrados.
Ello ocurrió el 26 de septiembre, cuando la aeronave Lockheed P2V conocida en clave como Snowcloud Five, asumió la peligrosa misión de ingresar a la tormenta para notificar detalles sobre ella.
Junto a los nueve tripulantes estaban dos reporteros canadienses, quienes se sumaron para cubrir la noticia. Sin embargo, lo que sería un vuelo arriesgado se convirtió también en el último que realizarían. A medida que la nave se acercaba a la tormenta, los mensajes que enviaba se hacían más complicados de captar. El último tiene registro a las 13:30 GMT del 26 de septiembre, luego de lo cual no hubo más transmisiones.
Más de 3 mil personas se sumaron a las tareas de rescate de los 11 desaparecidos, por vía aérea y marítima. Sin embargo, nunca encontraron nada: ni un resto, ni sobrevivientes, ni nada. Janet destruyó absolutamente todo lo referente al cazahuracanes. Hasta la fecha es la única pérdida total de un cazahuracanes en el Atlántico y el Caribe.
La casa voladora de Chetumal
La casa voladora es otro de los casos insólitos que dejó el paso del huracán Janet. Se trata de una casa que fue arrastrada más de 300 metros lejos de su ubicación inicial con 25 personas dentro. Lo curioso es que nadie se percató de lo sucedido, ni se presentaron daños en la casa, pese a que el material de la casa era de madera y láminas de zinc.
Hoy la casa voladora de Chetumal se mantiene como una de las pocas estructuras que soportaron a Janet y como una parte de la historia de lo que sucedió en Chetumal en 1955. La casa perteneciente a la familia Bellos está ubicada en el centro de la ciudad.
El tronco que atravesó un poste
Otra anécdota que dejó el paso del huracán es, precisamente, que un tronco quedó atravesado por un poste, específicamente una bandera. Tal imagen es un claro reflejo del impacto y la potencia que tuvo el paso de este huracán.
Actualmente, existe una réplica de esta escena en la Explanada de la Bandera. Allí, atrae a los curiosos y visitantes que llegan a la ciudad, además de servir de recuerdo para los pobladores de los estragos que dejó Janet.
La niña llamada Inocencia, una de las primeras víctimas de Janet
Sin embargo, no todos los hechos insólitos quedan como tales. Janet cobró muchas vidas, entre las cuales están la de los niños de la ciudad, siendo una de las primeras víctimas la pequeña Inocencia.
La historia dice que la familia Seca Yeh, quienes habitaban en la zona baja de Chetumal, se resistieron a dejar su casa pese a los anuncios de la llegada del huracán. Sin embargo, en la medianoche del 28 de septiembre los vientos se hicieron más fuertes, por lo que la familia decidió escapar. Lo que no esperaban era encontrarse con inundaciones y fuertes vientos azotando la ciudad.
Así, un poste cayó sobre la familia, lo que hizo que Inocencia Caridad, pequeña de cuatro años, se separara de su hermana de 10 años. Las corrientes la arrastraron y fue dada por desaparecida. Tres días después apareció fallecida bajo un árbol caído.
Chetumal ahora
El huracán Janet marcó un antes y un después en Chetumal. Tal fue su impacto que, a día de hoy, los cambios no se ven solo en aspectos de arquitectura, sino también sociales y culturales.
Es así que las casas ya son todas de concreto, lo que implica un mejor escenario para resistir en caso ocurra un suceso similar. De este modo, se espera que la población enfrente de mejor manera posibles desastres naturales que ocurran en los años siguientes.
Y aunque esto es un plus, lo que más es de admirar es la cultura de prevención que existe en Chetumal. El tema de los huracanes es algo que está muy presente en su sociedad, de modo que ya saben cómo actuar ante un hecho como este.
Como hemos visto, los propios monumentos en la ciudad intentan mantener vivo el paso del huracán Janet, pero no con el objetivo de atemorizar, sino de concientizar a la población.
El huracán Gilberto
En septiembre de 1988, Gilberto, huracán categoría 5, azotó las costas de la península de Yucatán, dejando destrucción en Quintana Roo y Yucatán; cruzó el golfo de México e impactó en Tamaulipas. A su paso afectó con severas inundaciones a Nuevo León y finalmente se disipó en Coahuila.
Debido a Gilberto, 225 personas perdieron la vida; hubo 51 mil 610 personas damnificadas, cerca de 140 mil evacuadas y provocó daños en sectores como la navegación, comunicaciones, servicios urbanos e infraestructura. Se estima que la pérdida económica total de este fenómeno fue de 76 millones de dólares.