Biodiversidad de la región prioritaria para la conservación Xilitla — ecologica
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Biodiversidad de la región prioritaria para la conservación Xilitla

Humberto Reyes Hernández, Alejandro Durán Fernández y Francisco Javier Sahagún Sánchez

Las regiones prioritarias para la conservación (RPC) constituyen territorios que se destacan por la presencia de distintos ecosistemas y especies prioritarias, que incluyen especies en categoría de riesgo y endémicas. Además, son regiones que manifiestan una integridad biológica y ecosistémica significativa, así como las condiciones y oportunidades para realizar acciones de manejo y conservación.

Desafortunadamente, este tipo de espacios naturales no cuentan con un decreto federal, estatal o municipal, por lo tanto carecen de una poligonal definida, lo que dificulta la ejecución de las iniciativas de conservación.

En la RPC Xilitla confluyen distintos factores que configuran la realidad actual, incluidos la falta de planes y programas institucionales que promuevan la participación de los distintos actores, conformados por los pobladores de las comunidades, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones educativas y el sector privado, lo que se suma a la falta de compromiso y escasa participación de las agencias gubernamentales en los diferentes niveles de gobierno.

Lo anterior ha generado problemas para la planificación y ejecución de acciones de conservación que permitan la protección eficaz de los ecosistemas en la zona, y ha provocado su degradación y pérdida a lo largo de los años.

Esta situación de incertidumbre jurídica ha derivado en una intensa transformación del paisaje, debido a las actividades antrópicas que han modificado drásticamente los ecosistemas presentes en la zona.

Existen registros que indican la pérdida de más del 70 por ciento de la superficie forestal que originalmente se pretendía proteger con el decreto del ANP, lo que significa una pérdida de alrededor de 19 mil 024 hectáreas de bosques y selvas.

Esto último, alentado por iniciativas para el aprovechamiento forestal en diferentes comunidades, algunas de las cuales desconocen si están o no dentro del polígono de protección original, entre otras cosas. Asimismo, los estudios realizados señalan que existen áreas con posibilidades de ser conservadas.

Es alentador confirmar que, en la última década, los bosques de pino y el bosque húmedo de montaña –situados en las partes alta de la RPC Xilitla– muestran un proceso de recuperación en su cobertura y por otro lado, existe un incremento en la superficie de terrenos cubiertos por vegetación secundaria arbustiva y leñosa; dichos terrenos podrían ser utilizados como zonas de amortiguamiento para favorecer la conectividad de las coberturas modificadas.

Recientemente, se ha definido un polígono de protección que incluye los ecosistemas mejor conservados; lo que en un futuro a corto plazo podría convertirse en la nueva delimitación de la RPC como un área natural protegida legalmente constituida.

Dicho polígono incluye una zona núcleo de 8 mil 137 hectáreas y una zona de amortiguamiento con una superficie de 3 mil 305 hectáreas.

La RPC Xilitla requiere ser conservada y sin duda, la generación de conocimiento de línea base sobre los componentes de la biodiversidad y el contexto en la RPC serán de utilidad para los procesos de toma de decisiones sobre su manejo en el futuro.

Por otro lado, se debe buscar la consolidación de un marco legal y jurídico que dé certeza a las acciones de manejo y conservación para las RPC, de forma que se garantice su inclusión en las partidas presupuestarias, para fondear las actividades de manejo y conservación, donde se promueva, además, la innovación para la mejora de los planes y programas específicos para la protección eficaz de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos con los que cuentan.

La importancia de la participación comunitaria para avanzar en la construcción de la RPC como un área de importancia ambiental que debe ser conservada, como parte del capital natural para las generaciones presentes y futuras.

Nota:
* En 2017 con el aval de la Comisión Nacional Forestal y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, se autorizó talar 2 mil hectáreas del citado bosque, más otras colindantes.
La protesta de los defensores del medio ambiente fue inmediata. Como el Grupo Ecológico Sierra Gorda, la ONG Sedepac y change.org, los cuales lograron un gran apoyo ciudadano (En defensa del bosque y el agua de Xilitla, La Jornada, 28 agosto 2017), lográndose que el gobernador de aquél entonces firmara, a regañadientes, parar la tala diciendo que “el polígono en cuestión no está considerado como Área Natural Protegida”.

Humberto Reyes Hernández
Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Correo-e: [email protected]
Alejandro Durán Fernández
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
Francisco Javier Sahagún Sánchez
Departamento de Políticas Públicas, Cucea, Universidad de Guadalajara