El bosque de niebla sobrevive en las montañas de San Luis Potosí — ecologica
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El bosque de niebla sobrevive en las montañas de San Luis Potosí

Edgar Gregorio Leija Loredo, Humberto Reyes Hernández y Javier Fortanelli Martínez

El bosque de niebla de San Luis Potosí se distribuye en la zona de barlovento de la Sierra Madre Oriental, entre las selvas altas perennifolias y subperennifolias y los bosques de coníferas y de quercus (género de árboles que tienen gran porte), donde se presentan las condiciones de mayor humedad y temperatura. Esta región es un conjunto montañoso que se extiende a lo largo de la porción central del estado y abarca los municipios Ciudad del Maíz, El Naranjo, Ciudad Valles, Alaquines, Cárdenas, Tamasopo, Rayón, Santa Catarina, Aquismón y Xilitla.

En la entidad, el bosque de niebla ocupa una superficie de 3 mil 239 hectáreas distribuidas en ocho relictos1 diseminados en los municipios de Tamasopo, Alaquines, Ciudad del Maíz, El Naranjo y Xilitla. Se ubican en áreas que tienen una altitud que va de mil 200 a mil 500 metros, situadas sobre suelos someros del tipo leptosoles, regosoles, feozems y luvisoles, con abundante contenido de materia orgánica.

Las laderas donde se desarrolla el bosque suelen tener pendientes superiores a 40°, en lugares poco accesibles y menos útiles para otros usos del suelo.

Debido a que necesita condiciones muy específicas para su desarrollo –como la gran humedad– el límite de su distribución en la zona estudiada coincide con las zonas de isoyetas superiores a los mil 200 mm anuales2 pero siempre asociada con el sustrato geológico de lutitas. Es excepción la porción ubicada en el municipio de Xilitla, al sur del estado, donde la precipitación supera los 2 mil mm anuales y el bosque de niebla se encuentra sobre rocas calizas.

En la mayoría de los fragmentos de bosque se presenta un paisaje cambiante e intercalado, respecto al predominio de especies de Liquidambar styraciflua y Quercus spp (encinos) asociadas a la alternancia entre lutitas y calizas, y entre sinclinales (partes cóncavas de la corteza terrestre) y anticlinales, respectivamente. Estos sustratos y geoformas al generar bordes entre estas comunidades vegetales permiten el predominio de especies de Quercus en sustrato calizo y Liquidambar en los suelos originados a partir de las lutitas y areniscas.

Actualmente, los fragmentos donde los bancos de semillas pudieran permitir el restablecimiento del bosque, se encuentran cada vez más separados entre sí; sus áreas circundantes son espacios abiertos para el pastoreo de ganado mayor, que facilita el crecimiento de especies leñosas y espinosas que no son consumidas por el ganado.

Los encinos (Quercus spp.) son componentes importantes, aunque secundarios, de este tipo de bosques. Obsérvese la abundancia de helechos, musgos y bromelias epífitas

La pérdida de cobertura vegetal originada por la conversión a potreros y áreas de agricultura, además de la tala ilegal de árboles, son causas comunes de deforestación en todo el país y la región de estudio no es la excepción, así lo considera la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

En la Sierra Madre Oriental gran proporción de las áreas que son deforestadas se utilizan inicialmente para milpas bajo el sistema roza-tumba-quema. Después de dos o tres años, estos terrenos son convertidos en praderas perennes; con ello aumenta la velocidad de transformación y la demanda de mayor superficie forestal, como lo considera J.N. Montoya.

Si bien algunos fragmentos no evidencian una pérdida considerable en su superficie, la tala selectiva y la ganadería extensiva afectan de manera paulatina su composición y estructura. La alteración del hábitat remanente en que vive la biota3 del bosque de niebla, provocaría el aislamiento de las metapoblaciones4, afectaría la biodiversidad y los servicios ambientales que el bosque proporciona.

El bosque de niebla, a pesar de ser un ecosistema amenazado, también ofrece como ya vimos oportunidades para su conservación y recuperación, una de ellas es el programa de pago por servicios ambientales de la Comisión Nacional Forestal, en particular aquellos relacionados con los servicios hidrológicos que provee este ecosistema.

Por todo ello es necesario tener información que permita conocer más sobre su biodiversidad, estructura de la vegetación, ciclos y procesos más importantes, algunos de los que se encuentran en curso y buscan lograr la protección de los últimos relictos en la entidad. Así lo señalan M.J. Fortanelli y otros autores.

Notas: 
1 En biología, un relicto se refiere a los remanentes supervivientes de asociaciones biológicas, o a especies vivas, con una distribución muy reducida por causas naturales, comparada con la que anteriormente tuvieron. Muchas especies actualmente en peligro de extinción han sido convertidas en relictas por el ser humano.
2 La isoyeta o isohieta es una isolínea que une los puntos en un plano cartográfico que presentan la misma precipitación en la unidad de tiempo considerada. Así, para una misma área, se puede diseñar un gran número de planos con isoyetas; como ejemplos, las isoyetas de la precipitación media de largo periodo del mes de enero, de febrero, etc., o las isoyetas de las precipitaciones mensuales.
3 Biota se refiere al conjunto de los organismos vivos. En su uso más habitual, mediante el término biótico se designa al conjunto de especies de plantas, animales y otros organismos que ocupan un área determinada.
4 Una metapoblación consiste de un grupo de poblaciones de una especie separadas en el espacio que interactúan a cierto nivel.

Edgar Gregorio Leija Loredo
Humberto Reyes Hernández
Coordinación de ciencias sociales y humanidades, UASLP
Javier Fortanelli Martínez
Instituto de investigación de zonas desérticas, UASLP
Correos-e: goyo_[email protected], [email protected] y [email protected]