Mujeres: agentes de cambio ante la crisis climática
Norma Montiel
El cambio climático ha traído consigo diversas alteraciones a nuestros ecosistemas debido al uso desmedido que hacen las industrias al continuar utilizando combustibles fósiles.
Sin embargo, sus efectos negativos han repercutido más en las mujeres, en diversos aspectos como es la salud y calidad de vida.
Informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señalan que las mujeres son las más afectadas si se toma en cuenta que “la discriminación que aún sufren a nivel socioeconómico intensifica las consecuencias que el calentamiento global está teniendo sobre su alimentación, hogar y medios de vida”.
“Las mujeres de los países en desarrollo suelen ser las primeras en responder a la gestión del capital medioambiental que las rodea. Desde la recogida de agua para cocinar y limpiar, el uso de la tierra para pasto del ganado, a la búsqueda de alimentos en ríos y arrecifes, y la recolección de leña, las mujeres de todo el planeta utilizan e interactúan a diario con los recursos naturales y los ecosistemas”, señaló el organismo internacional en el marco de la conferencia sobre cambio climático, COP26.
Algunos ejemplos de estos efectos diferenciados son en la salud, la seguridad alimentaria, la migración, la gestión del agua, la defensa del territorio y la violencia.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) indica que en las mujeres la deshidratación por las altas temperaturas es más grave, y peor aún en las mujeres embarazadas: “Si ocurre al principio del embarazo puede afectar el crecimiento del bebé y si ocurre más adelante puede ser la causa de un parto prematuro”.
Asimismo, señala que las inundaciones provocadas por huracanes traen consigo una exposición de aguas contaminadas y mohos, situación vinculada con el bajo peso del bebé al nacer.
La seguridad alimentaria es otro aspecto importante de afectación por género. Las mujeres tienen que ampliar sus jornadas laborales para mejorar el ingreso económico y, luego, realizar trabajos domésticos y de cuidado familiar.
Esta desigualdad se agudiza con la migración por cuestiones del cambio climático, como inundaciones, sequías, tornados, aumento del nivel del mar, desertificación, entre otros. Si bien, los hombres son los que migran en mayor cantidad, las mujeres que se quedan deben duplicar sus jornadas de trabajo y hacerse cargo del cuidado de los hijos.
El Banco Mundial estima que más de 143 millones de personas podrían ser desplazadas para el año 2050 debido al cambio climático, la mayoría de ellas serán mujeres y niñas.
Al desplazamiento por causas de crisis climática se suma la violencia generada por proyectos extractivos, asentados principalmente en territorios indígenas. Global Witness documentó un aumento en los ataques letales en México a defensoras de la tierra y activistas por el medio ambiente: 54 personas defensoras fueron asesinadas en 2021, la mayoría en los estados de Sonora y Oaxaca, estados con alta inversión minera.
Por su parte, Front Line Defenders, registró en su Análisis Global 2022, un total de 499 agresiones a personas defensoras del medio ambiente de estados como Guerrero, Chiapas y Chihuahua.
El Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de la ONU, estima que si el aumento de la temperatura se mantiene como hasta ahora, dentro de los próximos 50 años, la población tendrá más posibilidades de morir por un golpe de calor. En este sentido, es necesario considerar a las mujeres como agentes sociales de cambio y líderes en sus familias y comunidades.
Norma Montiel
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