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Sondeos entre estudiantes sobre nuestras relaciones con los animales

Javier Reyes Ruiz y Elba Castro Rosales

Para Dominique Lestel, hemos pasado del concepto “animal máquina” que decía Descartes, al “animal peluche”, representado, entre otros, por la cultura Disney; es decir, desde una visión fría y distante a una que tiende a la sensiblería y el fingimiento.

Obviamente, cualquiera de las dos posturas y matices no han desarrollado una relación que favorezca a los animales*, dado que las prácticas humanas predominantes generan desde desprecio hasta sufrimiento, salvo para las mascotas, hacia formas de vida que se han instrumentalizado o se les ha asignado la calidad de objetos o bienes muebles.

Tal condición no es sustancialmente distinta en las universidades, en las que se forman profesionistas que tienen y tendrán contacto cercano con los animales y que, en buena medida, marcan la pauta social del trato hacia ellos.

En este contexto, el presente texto aborda esfuerzos de educación ambiental ligados al reconocimiento de la otredad animal entre estudiantes de las carreras de biología, veterinaria y agronomía del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara, a través de actividades realizadas desde mediados del año 2023.

Se trata de fortalecer iniciativas (muy escasas, por cierto), encaminadas a reforzar el entendimiento, la comprensión y la conciencia activa sobre la urgencia de una relación entre humanos y animales, a partir de cuestionamientos y propuestas de reflexión sobre las prácticas estudiantiles y profesionales vinculadas con los animales.

Punto de partida: la aplicación de una encuesta

Una encuesta aplicada a 100 estudiantes de la carrera de biología de la Universidad de Guadalajara en septiembre del 2023 arrojó contrastantes resultados, pero incluimos dos que llaman la atención:

75 encuestados respondieron la pregunta abierta: ¿cuál es tu concepto o cómo definirías a un animal? El 100 por ciento mencionó alguna característica biológica (ser vivo, heterótrofo, pluricelular, capacidad motora, células eucariotas...); El 7.5 por ciento (10) hicieron referencia a la capacidad de pensar; El 4.5 por ciento (6) expresaron que son seres sintientes; El 0.75 por ciento (1) señaló que poseen espíritu/alma; y otro 0.75 por ciento (1) apuntó que los animales tienen conciencia.

Ello refleja un concepto extremadamente biologicista de los animales, por lo cual se les niega a éstos rasgos o cualidades de interioridad.

Otra pregunta fue: ¿estarías de acuerdo en que desapareciera la producción industrial de alimentos cárnicos? Respondieron 92 con los siguientes resultados: el 2 por ciento respondió que sí; el 78 por ciento contestó que no; y 20 por ciento dijo no sé.

No sin cierta cautela se puede afirmar que no parece estar presente en la preocupación de los estudiantes encuestados el sufrimiento animal que se genera en las granjas de producción industrial de bovinos, cerdos y aves.

Dichas respuestas, entre otras, reflejaron con claridad que la perspectiva estudiantil, seguramente compartida con un porcentaje importante de docentes, que no disloca ni puede disparar otras relaciones con los animales, ni mucho menos reconocer el carácter de otredad de los mismos.

Seminarios sobre animalidad

Cuatro profesores del CUCBA formamos un grupo con seis estudiantes de la licenciatura en biología, el cual semanalmente tenía una sesión de dos horas en las que se discutían textos y videoconferencias sobre animalidad.

Este espacio ha permitido el autorreconocimiento de la existencia de débiles posturas con respecto a la ética ambiental, por ser un tema de escaso abordaje en la dinámica universitaria, incluso en un centro donde se preparan biólogos, agrónomos y veterinarios.

De la lectura sistemática y los consecuentes debates, fueron surgiendo iniciativas en los propios estudiantes para aportar, en la medida de las posibilidades, a la visibilización del tema de la animalidad al interior del referido centro universitario.

De ahí surgió un seminario anual abierto a toda la comunidad del CUCBA (van dos ediciones) en el que participan expertos en la ética ambiental y en los cuales se ha contado con la presencia de alrededor de 400 asistentes.

También surgieron proyectos específicos desarrollados por estudiantes de la carrera de biología, de los cuales presentamos tres a continuación.

Talleres sobre la revaloración comunitaria del tlacuache

Vera Ibarra, comprometida ambientalmente con la comunidad de Juanacatlán, municipio de Tapalpa, Jalisco, decidió generar una intervención educativo-ambiental motivada por la caza y muerte frecuente de tlacuaches ante la desvalorización de los pobladores.

Esta iniciativa consistió en un proceso que, muy sintéticamente, implicó la gestión institucional, la selección de participantes y el diseño de una serie de talleres dirigidos a escolares de sexto de la única primaria de la comunidad.

Los talleres generaron un alto interés entre los escolares. Indagaron historias y leyendas, además de conocimientos y creencias entre sus familiares, realizaron dibujos, poemas y textos; actuaron un sociodrama sobre el origen del tlacuache según la memoria cultural, cantaron las composiciones antiguas y modernas dedicadas al tlacuache y, como producto final, hicieron un periódico mural para presentarlo a toda la escuela.

Esta iniciativa generó, de acuerdo con los propios niños y niñas, una revaloración de los tlacuaches no solo en ellos, sino en su entorno y la tendencia a una actitud menos temerosa y de mayor simpatía y protección hacia estos animales que todavía abundan en Juanacatlán.

La otredad animal en las redes sociales

Greco García, interesado en el periodismo científico, generó una estrategia en las redes sociales que consistió en dos etapas visibles. La realización de entrevistas cortas al azar a estudiantes del CUCBA, sobre su definición de animal.

Los resultados confirmaron las visiones reduccionistas de los universitarios para pensar a los animales, indistintamente si estudiaban biología, veterinaria, agronomía o ciencia de los alimentos.

Después, Greco realizó video clips en los que presentaba resultados recientes de investigaciones científicas que confirman la sensibilidad, la inteligencia, la memoria, la complejidad del comportamiento social que poseen algunas especies animales, y que al parecer estaban referidas a la supremacía humana.

Al final de cada video, Greco planteaba una pregunta pedagógica cuyo objetivo se centraba en detonar la reflexión sobre la noción y el alcance de ésta sobre los animales, en función de los conocimientos que la ciencia está haciendo sobre ellos.

Los videos están recibiendo visitas, aunque no masivamente, como suele ocurrir con otros contenidos; sin embargo, hay interacciones muy favorables al respecto.

Folleto para la reflexión sobre el consumo de carne

Otra de las participantes de los seminarios, Jetzemaní Álvarez, considerando que el alto porcentaje de la población estudiantil entrevistada (78 por ciento) respondió que no está de acuerdo en que desaparezca la producción industrial de carne para el consumo humano, diseñó un tríptico para ser distribuido (proceso en curso) entre estudiantes de biología, cuyo propósito central es propiciar reflexiones sobre el origen de la carne animal que se distribuye en el mercado.

El contenido de este material no apunta una respuesta sobre si comer o no carne, sino que tiene el propósito que los universitarios reconsideren las consecuencias éticas, económicas y ecológicas que implica una dieta que tiene a los animales como insumos muy presentes en la alimentación humana.

Ello implicó realizar una investigación bibliográfica, seleccionar contenidos, darles tratamiento didáctico y diseñar gráficamente dicho material, que está en espera de su mayor distribución y evaluación.

A manera de conclusiones

En la medida en que la educación ambiental pretenda convertirse en un catecismo de comportamiento hacia los animales, especialmente hacia las mascotas y hacia los de producción para alimento, distorsionará el principal propósito de los procesos formativos.

En el presente texto se desarrollaron brevemente experiencias que tienen como principal motor, por encima de cualquier decálogo, propiciar reflexiones personales y colectivas a partir de cuestionamientos que hacen visible la relación o la “cohabitación o vida compartida”, como diría Lestel entre los humanos y los animales, discusión que cobra fuerza en un mundo en el que la vida (y todas las especies) se encuentran amenazadas por la relación de objetos que se ha establecido con ellas.

*Usaremos el término “animal”, en lugar de animal no humano o el de “personas biológicas” por economía de lenguaje y no abordar el debate existente sobre dichos términos.


Javier Reyes Ruiz y Elba Castro Rosales
Universidad de Guadalajara
Correos-e: [email protected] y [email protected]