Indispensable, la cooperación entre países para frenar el tráfico de especies
José Bernal Stoopen
El tráfico internacional de especies de vida silvestre es una actividad ilegal que implica la extracción, transporte, acopio, posesión y/o comercialización, para la importación, exportación o reexportación de ejemplares, productos y subproductos de fauna y flora silvestre, actividad que viola las disposiciones jurídicas nacionales e internacionales en la materia.
Esta actividad ilícita es una de las principales amenazas para la conservación de la diversidad biológica en nuestro planeta.
El comercio ilegal internacional de especies de fauna afecta la estructura y buen funcionamiento de los ecosistemas, debido a la introducción de especies exóticas invasoras; además representa una amenaza para la salud pública de las comunidades humanas, por la dispersión de enfermedades infectocontagiosas.
A nivel mundial, el tráfico internacional de vida silvestre es un negocio altamente lucrativo: representa la cuarta fuente más importante de ingresos económicos derivados de actividades comerciales ilegales.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el tráfico internacional de especies de vida silvestre mueve entre 15 y 20 millones de dólares al año. Se estima que, a nivel global, más de 4 mil especies de flora y fauna son afectadas por esta actividad ilegal.
Las especies de fauna silvestre más frecuentemente afectadas por el tráfico internacional provienen de los llamados “países megadiversos” de América Latina, Asia y África y tienen como destino países desarrollados localizados en América del Norte, Europa y el continente asiático.
El Informe Mundial Sobre el Tráfico de Especies Protegidas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), señala que entre los años 2015 y 2021 se registraron un total de 120 mil incautaciones de ejemplares, productos y subproductos de vida silvestre en 162 países.
Los ejemplares de fauna silvestre más traficadas corresponden a diferentes especies endémicas y en peligro de extinción de reptiles, anfibios y aves canoras. El tráfico de vida silvestre en el continente asiático está impulsado por la medicina tradicional, con productos derivados de rinocerontes, tigres, pangolines y la totoaba.
En Europa y América del Norte, la demanda de mascotas exóticas ha incentivado la captura ilegal de aves, reptiles y primates. Diversas investigaciones han encontrado que las especies de fauna silvestre más traficadas son los primates, desde los chimpancés, hasta los macacos rhesus, provenientes del continente asiático.
En el caso de México, cuarto país megadiverso del mundo, las especies más traficadas a nivel internacional varían, dependiendo de la región considerada como destino.
Los reptiles, como las tortugas dulceacuícolas y terrestres, son exportadas ilegalmente principalmente a países como Japón y China.
Los anfibios, entre ellos diferentes especies de sapos y ranas, son exportados principalmente a América del Norte con fines educativos y de enseñanza. Las aves canoras tienen como destino principal América del Norte y diversos países del continente europeo.
Las especies marinas como tiburones, caballitos del mar y vejigas natatorias de la totoaba, el pez de mayor talla del alto golfo de California y asociado con la vaquita marina, son exportadas ilegalmente a Asia, debido a la creencia de que tienen propiedades afrodisiacas.
Aunque se reportan indicios positivos de que la demanda de tráfico de algunas especies emblemáticas ha disminuido debido a los programas de sensibilización hacia la población, el fortalecimiento del marco jurídico nacional e internacional, la diversificación productiva en las comunidades locales y el desmantelamiento de redes de tráfico, el panorama general sigue siendo sombrío a nivel global.
La cooperación internacional entre países de origen y destino es fundamental para hacer frente al tráfico internacional de especies de vida silvestre.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) es el principal acuerdo internacional entre países para la protección de las especies de vida silvestre y el combate al tráfico internacional mediante la regulación del comercio internacional.
Este convenio, jurídicamente vinculante, comprende a 184 países a nivel global, que se han comprometido a adecuar su legislación nacional para implementarla adecuadamente. Este acuerdo regula 34 mil 310 especies de vida silvestre, de las cuales 6 mil 610 corresponden a fauna silvestre.
La Convención CITES regula el comercio internacional de ejemplares, productos y subproductos de flora y fauna silvestre, por lo que toda importación, exportación y reexportación de las especies objeto de la convención debe ser autorizado a través de un sistema de permisos o certificados CITES.
Las especies comprendidas por la convención CITES están categorizadas en tres apéndices, de acuerdo al grado en el que el comercio internacional afecta su conservación.
- El Apéndice I incluye las especies en peligro de extinción que pueden ser afectadas por el comercio internacional.
- El Apéndice II incluye las especies que no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, pero cuyo comercio internacional debe controlarse a fin de evitar poner en riesgo su sobrevivencia.
- El Apéndice III incluye las especies que están protegidas al menos en un país que ha pedido ayuda a otras partes de la CITES para controlar el comercio.
Todo país signatario de la convención CITES debe contar con tres autoridades para la exitosa implementación de la convención: la autoridad administrativa, responsable de la emisión de los certificados CITES; la autoridad científica, que brinda recomendaciones a la autoridad administrativa, y la autoridad de aplicación de la ley, que verifica el cumplimiento de la convención en movimientos internacionales.
En México, la autoridad administrativa corresponde a la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat; la autoridad científica a la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO) y la autoridad de la ley corresponde a la Dirección General de Verificación e Inspección Ambiental en Puertos, Aeropuertos y Fronteras, adscrita a la Subprocuraduría de Inspección y Vigilancia Industrial, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Esta dirección general verifica los movimientos transfronterizos de mercancías reguladas por la Semarnat; tanto de vida silvestre, como productos y subproductos forestales y productos y sustancias peligrosas. Asimismo, a través de sus 71 puntos de verificación en puertos, aeropuertos y fronteras, vigila que toda importación, exportación y reexportación de fauna y flora silvestre regulada por la convención CITES se lleve a cabo con base en las disposiciones de la convención.
Durante el año 2024, la Profepa a través del Programa de Inspección y Verificación en Puertos, Aeropuertos y Fronteras hizo 5 mil 860 verificaciones de ejemplares, productos y subproductos de vida silvestre.
De este total, 5 mil 378 verificaciones correspondieron a ejemplares, productos y subproductos de fauna silvestre. Durante este mismo año, la Profepa atendió 10 casos de tráfico internacional de vida silvestre; ocho correspondieron a exportación ilegal y dos a la importación irregular.
De los ocho casos de exportación irregular, siete fueron detectados fuera de México y uno fue detectado antes de realizar la movilización de ejemplares. Los países de destino identificados fueron Singapur, Tailandia, China y los Estados Unidos de América.
Los ejemplares involucrados son: 654 individuos de reptiles y anfibios (tortugas de pantano, tortuga lagarto, tortugas de patas rojas, tortugas sulcatas, geckos leopardo, geckos cola negra africanos, geckos crestados, falsos coralillos, boas, pitones y ranas arlequín, entre otros), y diversas especies de psitácidos, entre ellas, loro cabeza amarilla, loro de mejilla amarilla, loro nuca azul, loro frente roja, loro de cachetes amarillos, perico atolero y tucán real.
En relación con el orden taxonómico de mamíferos, se identificaron a dos ejemplares de mono araña.
Durante el año 2025, la Profepa ha fortalecido sus procedimientos de verificación en los movimientos de exportación de vida silvestre, promoviendo la coadyuvancia de diversas autoridades, entre ellas la Guardia Nacional (GN), la Secretaría de Marina (Semar), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) la Fiscalía General de la República (FGR) y la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), entre otras.
La cooperación interinstitucional ha permitido mayor eficiencia y resultados positivos en la prevención y combate al tráfico internacional de especies de flora y fauna, protegiendo así la diversidad biológica de México.
Del 01 de enero al 30 de abril de 2025, la Profepa ha verificado mil 828 movimientos de importación, exportación y reexportación de ejemplares, productos y subproductos de vida silvestre, de los cuales, mil 699 correspondieron a fauna.
En este periodo se han detectado diversos casos de tráfico internacional: el 21 de febrero se detectó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), un cargamento ilegal de 137 individuos de vida silvestre, que pretendían exportar a Japón.
Este cargamento incluía 16 ejemplares de rana de árbol coronada y 121 de tortugas terrestres, entre ellas tortugas de caja, tortugas de monte, tortuga chipontil, tortuga chacuanita y tortuga pecho de carey.
El pasado día 26 de febrero se aseguraron precautoriamente en la aduana de carga del AICM 22 cactáceas de la especie biznaga pelotillo, listada en el Apéndice I de la convención Cites, que pretendían ser exportadas a Tailandia.
Finalmente, el pasado día 19 de mayo, la Profepa confiscó un cargamento de 299 ejemplares de reptiles que serían exportados ilegalmente a Japón por unos de los traficantes mexicanos más buscados a nivel internacional.
En este cargamento pudieron identificarse diversas especies protegidas como falso camaleón, lagarto alicante, lagartija escamosa, serpiente tigre y basilisco, entre otras.
El hallazgo de estos intentos de tráfico ilegal internacional han sido posibles gracias a la coordinación interinstitucional y hoy es indispensable fortalecerla para proteger de manera mucho más efectiva la rica biodiversidad de nuestro país.
José Bernal Stoopen
Dirección General de Verificación e Inspección Ambiental en Puertos, Aeropuertos y Fronteras, Profepa
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