Nuestros primos, los primates mexicanos, ¡no son mascotas!
Xóchitl Isidro Luna y Elizabeth Hernández Pérez
En las selvas mexicanas de los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, habitan tres primates: mono araña (Ateles geoffroyi), mono saraguato (Alouatta palliata) y mono aullador (Alouatta pigra); los tres se alimentan de frutos y semillas que son transportadas en su estómago y cuando son desechados germinan nuevas plantas que ayudan en la renovación de la selva.
Desgraciadamente, estos monos se encuentran en peligro de desparecer; las dos razones principales son la destrucción de su hábitat y su extracción de la selva para venderlos como mascotas
Tráfico ilegal de primates mexicanos
El mono araña y los monos aulladores son muy populares como mascotas en México y en otros países. Las crías son extraídas de la selva, los adultos no son capturados debido a que son agresivos y peligrosos.
La manera tradicional de obtener a los infantes es matando con arma de fuego a las madres que transportan a sus crías sobre su cuerpo. Los infantes son capturados y en pocos días se convierten en mascotas.
Cadena de tráfico ilegal
El primer eslabón de la cadena de tráfico ilegal es la extracción de los infantes de su hábitat, en esta etapa por lo regular las madres son cazadas por arma de fuego y una vez que la madre fallece los monos son arrancados de su cuerpo. Esta etapa trae consecuencias graves a las poblaciones de primates, porque muchos no sobreviven a la captura, algunos mueren al caerse de los árboles y otras veces la madre cae encima de ellos.
Una vez que las crías son extraídas, una persona los acopia por una módica cantidad de dinero, acumula los ejemplares y cuando tiene una cantidad suficiente están listos para ser trasladados. En nuestra experiencia, los traslados van de ocho a 20 ejemplares de monos.
Cuando el acopiador entrega la cantidad de ejemplares, los monos son transportados en cajas de plástico o en maletas de viaje adaptadas con una caja interior con orificios. Los primates sufren un gran estrés, debido a que se encuentran hacinados, mal manejados y sin alimento, algunas veces son drogados. Los vehículos en donde los transportan pueden ser vehículos viejos, camiones de pasajeros y camiones de viajes turísticos, con la finalidad de que pasen desapercibidos.
En esta etapa los comercializadores se encargan de contactar y ampliar los nichos de mercados tanto en México como en el exterior. Para evadir el control de las autoridades, muchas veces los ejemplares son ofertados a través de las redes sociales.
Es importante decir que por cada mono que es vendido, otros tres murieron durante el proceso de captura, acopio y distribución (Arenas-Rosas, Márquez y Santillán-Doherty, 2017).
¿Por qué alguien querría a un primate como mascota?
Los animales silvestres son sorprendentes y para muchas personas representan poder y distinción con respecto a los demás. Para muchas personas, los monos son carismáticos, sobre todo cuando son crías que crean un vínculo con los humanos, debido a que fueron separados de su madre.
Los monos saraguatos y los monos araña son animales gregarios, forman grupos cohesivos y permanentes de 10 a 20 individuos, por lo que están acostumbrados a vivir con otros individuos.
Otro factor importante es la utilización de primates silvestres en producciones televisivas tales como series, películas y novelas, lo que quizá sin intención promueve el deseo de obtener un mono porque la televisión ofrece una imagen de lo bueno y divertido que puede ser tener un mono como mascota (Pozo-Montuy y Bonilla-Sánchez, 2011).
El sufrimiento de los primates como mascotas
Últimamente se ha puesto de moda tener como mascotas a animales silvestres, es decir, animales que viven en la naturaleza, en un hábitat no diseñado por el humano y cuyos hábitos desconocemos casi en su totalidad (Acevedo, 2018).
Los monos sufren en toda la cadena de tráfico, desde que son separados de sus madres cuando son infantes. Cuando son transportados van hacinados en cajas, maletas y sufren estrés.
Estos monos tienen una dieta especializada, basada principalmente en frutos y hojas de especies silvestres. Sin embargo, cuando se encuentran bajo el resguardo de los humanos, su alimentación cambia drásticamente, teniendo la idea equivocada de que los monos se alimentan a base de plátano, fruto con una gran cantidad de carbohidratos.
También suelen ser alimentados con frutas y legumbres comerciales, carne, comida de gato o de perro, incluso comida chatarra (cacahuates, galletas o refresco), alimentos que solo promueven el sobrepeso y obesidad, junto con problemas gastrointestinales, diabetes, entre otras enfermedades (López-Flores, et al., 2020).
¿Por qué no deben ser mascotas?
En la edad adulta, los primates afirman cada vez más su independencia y su naturaleza salvaje normal; se volverán difíciles de manejar y se comportarán de formas que percibimos como antisociales.
Las mordeduras de primate pueden ser graves, infectarse fácilmente y, a menudo, requieren atención médica. Si una persona es mordida por un mono es posible que necesite un tratamiento preventivo para enfermedades graves como el herpes o la hepatitis B (Siân Waters, Felicity Oram, Denise Spaan, Brooke Aldrich y Andrea Dempse).
Los primates son susceptibles a muchas de las enfermedades infecciosas que los humanos contraen, como la gripe y enfermedades más graves, como la tuberculosis. Es decir, que los humanos pueden contagiar a los primates no humanos.
Los primates son animales salvajes y criarlos en cautiverio no cambia este hecho. A medida que maduran se vuelven cada vez más independientes y asertivos de manera natural. Los primates que son mascotas pueden ser intolerantes con otras personas o mascotas del mismo hogar, lo que podría ponerles en peligro.
Estos animales requieren estimulación mental y social constante. El nivel de atención continua que requiere un primate que es mascota suele ser agotador para los cuidadores.
Proteger a los primates en México
De acuerdo con el Artículo 55 bis de la Ley General de Vida Silvestre, queda prohibida la importación, exportación y reexportación de ejemplares de cualquier especie de mamífero marino y primate, así como de sus partes y derivados, con excepción de aquellos destinados a la investigación científica, y las muestras de líquidos, tejidos o células reproductivas de aquellos ejemplares que se encuentren en cautiverio, previa autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Las tres especies de primates que se distribuyen en México se encuentran en la NOM-059-SEMARNAT-2010 en la categoría de especie en Peligro de extinción.
Acciones de la Profepa
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente lleva a cabo distintas acciones de inspección y vigilancia para el combate al tráfico ilegal de primates en cada uno de los eslabones de la cadena: extracción, acopio, transporte, distribución, comercio y posesión.
Como resultados de estas acciones, de 2019 a 2025 se han asegurado 119 ejemplares de primates mexicanos (79 mono araña, 23 mono saraguato y 17 mono aullador).
Destacan los aseguramientos de siete ejemplares de mono aullador en un domicilio de Tuxtla Gutiérrez, los cuales se encontraron desnutridos y estresados; cuatro ejemplares crías de la misma especie asegurados en Palenque, Chiapas y 20 ejemplares de mono araña en un vehículo de la empresa ADO.
En todos estos casos se presentó una denuncia a la Fiscalía General de la Republica, por delito contra la biodiversidad.
La Profepa, además de las acciones directas de inspección y vigilancia, busca atender este problema, manteniendo a una ciudadanía educada, bien informada y participativa, por lo que también realiza campañas de comunicación como “Tu casa no es su casa” y “No son mascotas!”
Bibliografía
Acevedo, P. (2018). De animales silvestres a mascotas. Ciencias. Volumen 69 número 1 enero-marzo de 2018. Facultad de Ciencias. Pp 78-83.
Arenas-Rosas, R., Márquez, A., Santillán-Doherty, A. M. (2017). Protección de los primates mexicanos. Una visión integral. Pp 93-121, en La protección jurídica de los animales (Ambrosio, M.T y Anglés, M.). Instituto de Investigaciones Jurídicas Serie Estudios Jurídicos, núm. 307. UNAM.
Gómez Ruiz, C. (2010). Influencia de factores culturales en la tenencia de monos aulladores como mascotas y su efecto sobre los individuos en cautiverio. Revista CES Medicina Veterinaria y Zootecnia, vol. 5, núm. 1, enero-junio, pp. 46-54.
Jasso, C. (2016). Relaciones de parentesco e interacciones sociales de individuos jóvenes en grupos de monos aulladores.
López-Flores, M., et al. (2020). Primates en cautiverio: uso en la ciencia, tráfico ilegal y consideraciones para su bienestar y conservación. Eduscientia. Divulgación de la ciencia educativa. Año 3, Núm. 5 • febrero-julio. Pp. 25-42 www.eduscientia.com
Pozo-Montuy G. y Bonilla Sánchez Y. (2011) El tráfico de primates: una responsabilidad compartida entre gobierno, ciencia y sociedad. Instituto de Neuroetología, Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz.
Siân Waters, Felicity Oram, Denise Spaan, Brooke Aldrich y Andrea Dempse. ¿Por qué los primates son malas mascotas? IUCN Primate Section for Human Primate Interactions.
Xóchitl Isidro Luna y Elizabeth Hernández Pérez
Inspectoras federales de Profepa
Correo-e: [email protected]