El metro y trenes de Nueva York, inundados por tormenta histórica — ecologica
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El metro y trenes de Nueva York, inundados por tormenta histórica

Las lluvias torrenciales registradas el pasado 31 de julio y 1 de agosto en la ciudad de Nueva York y su área metropolitana provocaron una emergencia que afectó de manera significativa al sistema de transporte público, anegando estaciones de metro, carreteras principales y obligando a miles de residentes a adaptar sus rutinas ante la magnitud del evento, no esperado en esta época del año.

Imágenes difundidas ampliamente en redes sociales mostraron a viajeros aferrándose a las rejas del acceso a la estación de metro 7th Avenue en Brooklyn para evitar sumergirse en el agua acumulada, mientras inventaban formas de cruzar la zona inundada, incluyendo el uso de bolsas plásticas como calzado improvisado para sortear el agua turbia.

La repentina subida de aguas generó escenas de caos y desconcierto durante las horas de mayor tránsito, convirtiendo el regreso a casa en una tarea compleja y peligrosa para miles de personas. Los videos publicados en redes sociales retratan a pasajeros sorteando charcos dentro y fuera de las estaciones, mientras otros “caminaban” delicadamente sobre las barreras diseñadas para dividir los torniquetes, intentando esquivar la inundación que cubría buena parte de los accesos y andenes.

Las complicaciones no se limitaron a la red de metro: las torrenciales lluvias también ocasionaron que el agua rebosara en infraestructuras emblemáticas como Grand Central Terminal, donde se formaron cascadas que caían desde el techo sobre la zona de embarque de trenes y pasajeros del Metro North. En Queens, la estación Bayside Long Island Railroad se convirtió en un cauce improvisado con el agua rozando el nivel de los andenes, obligando a detener y evacuar un tren repleto de viajantes. Así lo documentaron los videos y testimonios, que muestran a la multitud buscando salidas alternativas para llegar a sus destinos ante el cierre temporal de líneas.

Afectaciones en múltiples líneas y estaciones

Según los datos oficiales, la interrupción se extendió a una de las principales rutas ferroviarias del área metropolitana: el ramal Port Washington del Long Island Railroad. Esta línea quedó suspendida en ambos sentidos en el sector de Flushing Main Street, dificultando el traslado en una amplia franja de la ciudad y obligando a muchos viajeros a buscar alternativas de transporte.

Los efectos de las tormentas afectaron incluso la movilidad por carretera. La Clearview Expressway quedó parcialmente cubierta por las aguas desbordadas. Videos captados por transeúntes y medios retratan a varios vehículos, entre ellos un tractocamión, inmovilizados con el nivel del agua superando la mitad de la cabina del conductor. La magnitud de la inundación dejó numerosos automóviles varados y obligó al cierre temporal del tramo afectado.

Los servicios alternativos como Uber aprovecharon la situación para elevar los precios de sus servicios a niveles escandalosos: un viaje de 10 kilómetros desde la estación Penn Station, llegó a cotizarse en 300 dólares, suma desproporcionada motivada por la falta de transporte público y el alto nivel de demanda en plena emergencia.

Medidas adoptadas ante la emergencia climática

Frente a la gravedad de la situación, la gobernadora Kathy Hochul decretó el estado de emergencia tanto en Nueva York como en varios condados circundantes. Se instó a los residentes, especialmente a quienes ocupan sótanos o viviendas en zonas bajas, a desalojar sus viviendas y tomar precauciones adicionales ante la posibilidad de nuevas inundaciones o retrasos prolongados en el transporte colectivo.

Durante la noche, brigadas de trabajadores municipales se desplegaron por toda la ciudad para extraer agua de las estaciones del sistema de metro, en un esfuerzo contrarreloj por restablecer el servicio antes del inicio de la jornada del viernes. Aun así, durante la mañana seguían persistiendo las afectaciones en varias líneas. El Long Island Railroad operó con servicio limitado, mientras se evaluaban y reparaban los daños ocasionados por las precipitaciones, consideradas históricas.

Volumen de precipitaciones récord

La Oficina del Servicio Meteorológico Nacional de Nueva York informó que entre 25 y 75 milímetros (1 a 3 pulgadas) de lluvia cayeron en el área metropolitana, con acumulados superiores a los 75 milímetros en Queens y Nassau County. El sur del condado de Suffolk recibió más de 127 milímetros (5 pulgadas), una cifra que supera los promedios habituales y provocó que los sistemas de drenaje urbano quedaran rápidamente sobrepasados.

Las lluvias también afectaron infraestructuras críticas de transporte y servicios básicos, evidenciando las vulnerabilidades existentes ante eventos meteorológicos extremos. Residentes y usuarios, sorprendidos por la velocidad con la que el nivel del agua ascendió, recurrieron a redes sociales para difundir imágenes y videos que ofrecieron testimonio directo de la magnitud del evento, incluyendo clips donde pasajeros sorteaban los obstáculos con creatividad e improvisación.

Los cierres y limitaciones en los servicios de trenes y metro generaron retrasos y complicaciones para los trabajadores y estudiantes.

El huracán Beryl azota Estados Unidos

A su paso por el sur de Texas el 7 de julio, el huracán Beryl dejó seis muertos, 2 millones de hogares sin electricidad y lluvias muy fuertes que ocasionaron inundaciones pocas veces vistas. Más de mil vuelos fueron cancelados en el aeropuerto de Houston. Días antes Beryl causó al menos 11 muertos durante su paso por el Caribe.

Según AccuWeather es raro que un huracán de fuerza mayor afecte a Texas en el mes de julio.

En el área de Houston, los vientos sostenidos de Beryl alcanzaron los 120 kilómetros por hora con ráfagas de 140 kilómetros por hora. Igual pasó en decenas de condados de Texas y Luisiana.

Los puertos de Corpus Christi, Houston, Galveston, Freeport y Texas City cerraron, y se acordó una suspensión temporal de las exportaciones.

Beryl es una tormenta sin precedentes, convirtiéndose en el huracán de categoría 5 más temprano jamás registrado en el Atlántico. En el Caribe dejó un rastro de devastación, afectando especialmente a islas como San Vicente y las Granadinas, Mayreau y Unión, y Granada. La tormenta también fue una de las más poderosas que jamás haya azotado Jamaica y dejó a cientos de miles de personas sin electricidad. Antes de llegar a Texas golpeó la costa oriental de México.

Beryl llega al estado de Nueva York

Los remanentes del huracán Beryl llegaron a Nueva York dos días después de afectar Texas y Lousiana, y causaron un tornado que arrasó con varias casas en Eden, un pueblo de 8 mil habitantes cercano a Buffalo, al norte del estado. De acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional, tuvo una velocidad cercana a las 128 kilómetros por hora. En Vermont, los restos del huracán causaron inundaciones dañinas en la ciudad de Barre, con calles y carreteras anegadas.