Portugal combatió incendios que arrasaron miles de hectáreas
Este país ha enfrentado 19 zonas en llamas de “gravedad elevada”, cerca de su frontera con España. Más de 3 mil 500 bomberos trabajan para apagar varios incendios forestales en el norte y el centro de Portugal. El más grande tuvo lugar en la zona de Arouca, a unos 60 kilómetros al sur de Oporto. Arouca está ubicada a unos 300 kilómetros al norte de Lisboa, lo que provocó el cierre de los senderos panorámicos de Passadiços do Paiva, una popular atracción turística.
Este incendio fue el que más preocupó a las autoridades, puesto que se localizó en un área cerca de poblaciones donde abundan las plantaciones de eucalipto. Y en una zona de difícil acceso.
“Murió todo”. Así de contundente se muestra José Carlos Oliveira, vecino y agricultor de Alvarenga, una de las localidades del Geoparque de la Unesco en el concejo de Arouca, cuyo espacio municipal es uno de los más afectados por los incendios que arrasaron durante varios días esta zona del norte de Portugal.
Oliveira lamenta, en declaraciones a EFE, que estos fuegos han arrasado miles de hectáreas de bosque de eucalipto, suponen “una tragedia, que todavía continúa siéndolo”, ya que en esta comarca continúan activos numerosos focos, sobre todo, en los términos de Nespereira, Pereira o Vilar de Arca.
“Todo esto es un perjuicio inmenso”, insiste el agricultor, sobre unos daños acrecentados por la destrucción de las kilométricas pasarelas de madera sobre el río Paiva, conocidas como Passadiços do Paiva, que atraen a turistas nacionales e internacionales y que desde 2015 acumulan un total de 1.8 millones de visitantes, algo muy beneficioso para la economía de la zona.
Para Patrocínia Mendes, jubilada y residente en Canales, otra de las aldeas devastadas por las llamas, la situación es terrible. Entre los vecinos hay miedo, aunque “ya no tanto, porque ardió todo nuestro pueblo”, explica Mendes, mientras recuerda que su pueblo es muy frecuentado por turistas durante todo el año, tanto por los Passadiços do Paiva, como por el Museo de los Fósiles que tiene.
Un paisaje Unesco ennegrecido
En general, los habitantes de la zona se quejan de que el panorama turístico de esta comarca tras los incendios va a ser sombrío, ya que el color negro de la vegetación arrasada por las llamas es la principal vista que ofrece actualmente este concejo, que tiene el marchamo del Geoparque de la Unesco.
En Arouca se concentran numerosas aldeas de montaña en las laderas de la sierra, atravesadas por el río Paiva, que es el principal activo turístico, tanto por sus áreas de baño veraniegas como por las rutas que ofrece a lo largo del año. Pese a que muchos viven del turismo, los vecinos están cada vez más acostumbrados y resignados a los incendios forestales, que se suceden verano tras verano sin que se encuentre una solución definitiva.
Junto de Arouca, el otro gran fuego ha sido el de Ponte da Barca, cerca de la frontera con Galicia, España. Por fortuna ya fue controlado, pero dejó miles de hectáreas siniestradas y afectaciones al ambiente.
Los incendios en la Unión Europea
Según Europa Press, a nivel europeo, ya se han contabilizado 1 mil 412 incendios, más del doble del promedio de siniestros registrado hasta principios de agosto entre 2006 y 2024. Esto se traduce en un 44.4 por ciento más de hectáreas quemadas que la media. Históricamente, España, junto a Portugal e Italia, suelen ser de los países con más fuegos. Sin embargo, este año, Rumanía lidera en cuanto a número de incendios, muy por encima de su media de 100.
Otros países con cifras destacadas son Italia, que ha sufrido el 19 por ciento de los incendios de la UE, y Francia, con 240 fuegos, lo que representa el 17.9 por ciento del total europeo y casi el triple de su promedio (84) para este periodo. En cuanto a la superficie quemada, Chipre es la nación europea con el mayor porcentaje de territorio afectado, con casi 13 mil 200 hectáreas calcinadas (el 2.28 por ciento de su superficie), un 85.9 por ciento más que su media hasta esta fecha.
Algunos incendios se están volviendo incontrolables
La experta Sara Carter sostiene que una mejor gestión forestal implica adoptar un modelo de mosaico, con diversos niveles de vegetación y evitando especies inflamables, como el eucalipto. Mantener la humedad del suelo es fundamental, al igual que crear cortafuegos eliminando todo material inflamable. Pero en algunas zonas, la combinación de condiciones secas y fuertes vientos significa que “algunos incendios ahora simplemente no van a poder combatirse”.
Esto hace que los sistemas de alerta temprana sean esenciales para mantener a salvo a la población. A partir de los datos de EFFIS, el Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión emite alertas de incendios, mientras que la Vigilancia Forestal Mundial también proporciona “alertas de perturbación”.
“Este verano no espero que las cosas cambien mucho”, afirma Carter. “Considero que la gente tiene que estar preparada para el empeoramiento de la calidad del aire, para los peligros para sus casas, medios de vida, negocios. Pero además, los turistas que van a estas zonas del sur tienen que ser conscientes”.