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Una vez más, cierran la Acrópolis por severa ola de calor que llega a los 45 grados

El pasado 8 de julio, el Ministerio de Cultura de Grecia ordenó el cierre parcial de la Acrópolis, el principal monumento del país, para proteger a los visitantes ante la ola de calor. Lo hizo “por la seguridad de los trabajadores y visitantes, debido a las altas temperaturas”. Pero además de cerrar el histórico lugar, con 2 mil 500 años de antigüedad, el gobierno ordenó suspender los trabajos al aire libre en todo el país debido a que una feroz ola de calor azota la región. Las temperaturas se elevaron a más de 40 °C y provocando alertas de incendio y advertencias meteorológicas severas en los Balcanes.

La Acrópolis, situada en la parte alta de Atenas, con poca sombra natural, atrae a decenas de miles de turistas cada día. Es lo más visitado de toda Grecia. El año pasado, el sitio registró 4.5 millones de visitantes, un aumento de más del 15 por ciento respecto a 2023, y las autoridades se vieron obligadas a cerrar el sitio también durante olas de calor. Los meteorólogos anunciaron en junio temperaturas máximas de 45 grados en algunas zonas del país para los dos meses siguientes, los más críticos. Y acertaron. Las olas de calor han sido de enorme intensidad.

Para proteger a los trabajadores expuestos al sol, el Ministerio de Trabajo ordenó realizar pausas laborales en varias regiones, incluidas las islas más populares. La restricción se aplica a trabajos al aire libre, como la construcción y el reparto de comida. “Los días de ola de calor me dificultan el trabajo”, declaró Michalis Keskinidis, un mensajero de 43 años. “Bebemos mucha agua, consumimos electrolitos y descansamos siempre que podemos”.

Ola de calor en los Balcanes

El peligro de incendios sigue siendo una preocupación clave. Las autoridades de protección civil han emitido alertas de alto riesgo para zonas como Atenas, el centro de Grecia y el Peloponeso. El servicio de bomberos griego ha combatido en junio hasta 50 incendios diarios, según el oficial superior de bomberos Constantinos Tsigkas. En otras partes de los Balcanes, el clima extremo continúa azotando a los países vecinos. En Serbia, los meteorólogos advirtieron sobre un alto riesgo de incendios tras la declaración de más de 700 incendios forestales. Simultáneamente, algunas zonas del país enfrentan amenazas de granizo y vientos huracanados.

Hace también mucho calor en Croacia, a la vez que se han registrado las tormentas. Fuertes vientos y lluvias inundaron carreteras, derribaron árboles y provocaron cortes de electricidad generalizados en Split, donde un ferry se desprendió y hundió un barco turístico.

Hungría y Eslovaquia también han sufrido daños por tormentas. En Budapest, los vientos alcanzaron los 137 km/h, derribando cables eléctricos y árboles. El Ministerio de Transporte húngaro indicó que los servicios ferroviarios podrían tardar semanas en reanudarse por completo. En Eslovaquia, fuertes vientos arrancaron techos de edificios e interrumpieron el transporte en la zona oriental. A ello se agregan las altas temperaturas, más críticas que las del año pasado.

De nuevo, arde Grecia

Como el año pasado, julio ha sido un mes en que los incendios forestales causaron numerosos destrozos, seis bomberos heridos y casi mil personas evacuadas. Esta vez fueron una decena de incendios en nueve localidades de Grecia. Entre ellas, las islas de Eubea y Cítera los poblados de Pissonas y otros más ubicados en la región de Mesinia, en la península del Peloponeso (sur), donde la temperatura máxima alcanzó los 45 grados.

Además incendios en Euritania (centro) y Kastoria (norte), quemando bosques vírgenes. Los bomberos lucharon también contra incendios en las afueras de la segunda ciudad de Grecia, Salónica, y en la región de Kozani.

Protección Civil de Grecia ordenó también evacuar a unas 5 mil personas de la localidad de Kryoneri, situada a unos 20 kilómetros al norte del centro de Atenas y muy cerca del tejido urbano de la capital. La causa: un gran incendio forestal, el cual se propagó hacia el sur y la capital, atizado por fuertes vientos.

La canícula persistirá en Grecia hasta fines de agosto, cuando empezará una desescalada gradual de las temperaturas, según los pronósticos oficiales.