Toxicología medioambiental, un legado científico para el bien común
Alfonso Vázquez Botello y Susana Villanueva Fragoso
Conocimos a la doctora Lilia Albert a través de sus muy importantes publicaciones científicas nacionales e internacionales, básicamente por su trabajo acerca de los plaguicidas en el ambiente, cuando era investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (Inireb), en Xalapa, Veracruz en los años 80.
En ese tiempo, en el laboratorio de contaminación marina del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), bajo la responsabilidad del doctor Alfonso Vázquez Botello, realizábamos análisis sobre contaminantes (hidrocarburos del petróleo y metales tóxicos) en los sedimentos y organismos de los sistemas lagunares y marinos del Golfo de México.
Debido a que deseábamos extender nuestra plataforma analítica a la determinación de los plaguicidas en nuestro campo de investigación, solicitamos a la doctora Albert su apoyo para tal fin. Su respuesta fue de una amplia generosidad, nos asesoró y apoyó con material analítico.
También su legado y muy importante cúmulo de experiencias nos permitió realizar investigación en los litorales de México, ya que era un campo científico totalmente nuevo. Sin duda, de ella aprendimos el amor a la ciencia y la responsabilidad con el ambiente y la sociedad.
Una de las etapas más prolíficas y de mayor relevancia de Lilia Albert fue definitivamente el desarrollo de la técnica analítica de los plaguicidas en los alimentos y sus impactos en la salud pública.
Posteriormente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la incorporó a su cuerpo de investigadoras, ya que en ese momento ella era pionera en el campo de la investigación de los plaguicidas no solo en México, sino a nivel internacional. Fue una etapa muy importante para la investigación de esos contaminantes, la cual propició que fuera reconocida por su labor científica en dicho tema.
Los recuerdos más importantes que tenemos de sus investigaciones es cuando analiza la presencia de plaguicidas organoclorados (DDT) en la leche materna de mujeres en algunas comunidades en México.
Encontró en la literatura científica que en la India ya se reportaban resultados de este tipo, pero las concentraciones que halló la doctora Albert en México eran hasta tres veces mayores con respecto a los resultados referidos de la India. Estos hallazgos causaron un gran impacto internacional.
Entre la comunidad científica, los resultados generados por la doctora Albert fueron recibidos de manera muy positiva, sin embargo, algunas respuestas –sobre todo de los gobiernos en turno– emanaron críticas negativas, ya que los resultados de sus investigaciones demostraban gran afectación a las comunidades estudiadas.
Con respecto a las empresas, esta información era sumamente delicada, de tal manera que sus resultados no fueron difundidos como ella esperaba hacia las personas afectadas porque a las industrias no les gustaba que se dieran a conocer.
Desde luego que los desafíos fueron muy grandes, ya que se dudaba de la validez de los resultados. Además de que era muy difícil obtener presupuesto para este tipo de investigaciones.
Por otro lado, las comunidades afectadas reclamaban el derecho a conocer dicha información que mostraba las afectaciones a su salud. Así es como Lilia Albert comenzó a impulsar el campo de la ecotoxicología, del estudio de los plaguicidas y otros compuestos afines, sobre todo por su afectación a la salud humana.
Esto queda reflejado en dos de sus tres últimos libros publicados: México tóxico, Plaguicidas y ambiente y Plaguicidas y salud.
Lo primero que aprendimos de ella fue el rigor del trabajo científico, ya que es una persona sumamente profesional en el desarrollo de sus técnicas analíticas, exigente con los resultados de sus investigaciones y siempre impulsa que estos sean publicados en revistas y libros científicos de alta calidad académica.
En el laboratorio donde laboramos, gracias a su gran aportación, se originó un nuevo campo de investigación que impulsó la formación de estudiantes, técnicos e investigadores nacionales e internacionales con tesis y trabajos académicos de alto impacto.
Nosotros tuvimos la dicha de haber trabajado con ella en varias investigaciones, sobre todo en el desarrollo de algunos libros que hemos publicado acerca de la contaminación marina y costera en el Golfo de México.
Invitamos a Lilia Albert a participar con algunos capítulos sobre plaguicidas en México. Con la mayor disposición del mundo, junto con su colega la doctora Alma Delia Viveros aportaron varios capítulos en los libros sobre problemas ambientales en el Golfo de México, haciendo una antología de los estudios que hicieron cubriendo cerca de 30 años. Los libros en los que participaron fueron: Golfo de México, contaminación e impacto ambiental: diagnóstico y tendencias, primera edición (1996), segunda edición (2005) y tercera edición (2014).
Cabe destacar que el avance del conocimiento en el campo de los plaguicidas en México nunca se hubiera desarrollado sin el aporte de la doctora Albert, sus investigaciones la llevaron a muchas partes del mundo como ponente para impartir sus conocimientos y exponer sus investigaciones de la manera más sencilla y como ella siempre ha sido: una persona notable, bondadosa, con un gran sentido de la justicia social, porque siempre trató que los resultados de sus investigaciones fueran en defensa de los derechos de la salud y del medio ambiente sano, a los cuales todos aspiramos.
Sin duda, la doctora Lilia América Albert debe considerarse como la científica más importante en el campo de la toxicología ambiental de manera nacional y regional. Un punto muy importante de resaltar es que ella fue pionera en el desarrollo de la investigación sobre plaguicidas en el ambiente, el cual estaba dominado por hombres. ¡Gracias a su esfuerzo y tenacidad logró abrir el espacio para la formación de mujeres en esta área!
Alfonso Vázquez Botello y Susana Villanueva Fragoso
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